El presidente del Consell d’Eivissa, Vicent Marí, aprovechó el Día de la Constitución para reclamar una política migratoria exterior contundente y clara ante la avalancha de pateras. Marí lamentó la situación que se vive con todos los menores migrantes que deben ser atendidos por los territorios    insulares, que no tienen medios suficientes para cumplir perfectamente con este cometido. «Somos un pueblo solidario, pero con una capacidad de atención limitada», afirmó Marí en el acto institucional celebrada este 6 de diciembre.

Colaboración.

Vicent Marí reclama colaboración con el Gobierno central para afrontar los problemas de los ciudadanos, pero la realidad es que la directora insular de la Administración General del Estado, Raquel Guasch, apenas tocó el tema de la migración su discurso y se centró en el discurso sanchista de las fake news. Se limitó a decir que las administraciones debían afrontar este reto, de la misma manera que había que tomar soluciones ante la falta de vivienda y el cambio climático. Muchas obviedades y muy pocas soluciones aportó Raquel Guasch, representante del Gobierno en las Pitiusas, en su discurso.

Todo sigue igual.

Hasta el momento, ha habido pocos avances en materia migratoria. Los gobiernos insulares, en este caso el Consell d’Eivissa y también el de Formentera, deben asumir la gestión de los menores sin medios suficientes para hacerlo. Es incomprensible que el Gobierno central no asuma que este problema no puede ser afrontado únicamente por los servicios sociales de los consells, pero a la vísta de cómo ha actuado el Ejecutivo de Sánchez con la tragedia de la Comunidad Valenciana tampoco hay que descartar que se busque el desgaste político de forma consciente de otras instituciones por motivos partidistas. En las actuales circunstancias se echa en falta una mayor prevención en las costas, que exista más control de las pateras antes de recalar en las playas de las Pitiusas, pero existen pocas noticias sobre los radares que tienen que controlar este tipo de embarcaciones. Si funcionan, apenas se nota desde hace mucho tiempo. Como dice Vicent Marí, hace falta una mayor colaboración entre las administraciones, pero sobre todo debe afrontarse el problema migratorio con seriedad, sin demagogias, y que el Gobierno central entienda las limitaciones insulares en gestionar esta problemática, que no debería utilizarse para la habitual confrontación partidista.