El presidente del Parlament de Catalunya, Josep Rull, convocó este martes la ronda de consultas previa a la convocatoria del pleno para votar la investidura del primer secretario del PSC-PSOE y exministro de Pedro Sánchez, Salvador Illa, como presidente de la Generalitat.    El sábado, Illa comunicó a Rull que contaba con la mayoría necesaria para ser investido presidente de la Generalitat tras los acuerdos que su partido ha alcanzado con ERC y Comuns. En las elecciones autonómicas catalanas, el PSC-PSOE obtuvo 42 escaños mientras que los republicanos lograron 20 y seis los Comuns, que suman exactamente los 68 diputados exigidos por el reglamento del Parlament, 68 síes que el líder socialista necesita para acceder a la presidencia del gobierno de Catalunya. El debate para la investidura de Salvador Illa se retrasa, con la incógnita abierta por la diputada Mar Besses, militante de Jovent Republicà, la organización juvenil vinculada a ERC, que hasta el último momento no se sabe qué hará. La sesión parlamentaria ya no tendrá lugar hoy miércoles, como quería el candidato socialista, sino que previsiblemente se traslada al jueves, porque la ronda de contactos con los grupos parlamentarios se inició durante la jornada de este martes.

Manifestación desconvocada.   

Al mismo tiempo, los Comitès de Defensa de la República (CDR), tras perder el apoyo de la Assemblea Nacional Catalana, desconvocaron    la manifestación contra la investidura de Salvador Illa que habían programado para ayer a las ocho de la mañana en Barcelona. Otro hecho relevante de las formaciones independentistas catalanas.

La estrategia de Puigdemont.

Mientras, Carles Puigdemont, amenaza con su regreso a España para no caer en la irrelevancia política. Pretende forzar su detención para empantanar la investidura y llevarla al 26 de agosto, el último día en que    Illa puede ser elegido. Junts, el partido de Puigdemont, se opone a la investidura del exministro porque no es independentista y no será reivindicativo ante el Gobierno socialista de Pedro Sánchez. Un escenario cada vez más enrevesado que complica no sólo la investidura de Illa sino la estabilidad del gobierno de Sánchez.