Mallorca registró otra jornada negra en las carreteras. A la trágica noticia de la muerte de un joven de 21 años en Santanyí a primera hora de la mañana se sumó unas pocas horas después la de un motorista de 24 que cayó en la carretera de la Serra, a la altura de Camari. Sucedió todo el mismo día que la vía de cintura de Palma estrenaba nuevas normas, que incluyen unas líneas continuas en algunos tramos para que los conductores no pasen peligrosamente de un carril a otro, como sucede en la actualidad. Son, en realidad, dos caras de la misma moneda: los accidentes y los atascos en una red viaria, como la mallorquina, que está colapsada buena parte del año, sobre todo con el inicio de la temporada alta.

Uno de los peores años

La colisión mortal entre Calonge y s’Alqueria Blanca y el posterior siniestro de Caimari han constatado que este año es uno de los más negros en cuanto a siniestralidad y fallecidos en las carreteras. Ya en verano, Balears se convirtió en la segunda provincia donde más habían aumentado los siniestros mortales y la tendencia no ha hecho sino aumentar, con lo que a final de año se batirá un récord negro en la estadística de choques y atropellos fatales. Las autoridades han confirmado que una gran parte de estos accidentes se produce por distracciones de los conductores, sobre todo porque están consultando el móvil o contestando a WhatsApps. Estos comportamiento incívicos deben acabar porque constituyen un peligro.

Medidas extraordinarias

En la vía de cintura de Palma, donde a diario se registran colas kilométricas sin necesidad de que se hayan producido accidentes, se han habilitado nuevas líneas continuas. El objetivo son las frenadas de los conductores que se encuentran con otros que se cuelan en el último momento en algunas salidas. Habrá que esperar para comprobar su efectividad, aunque parece haber llegado el momento de reflexionar con seriedad sobre lo que está sucediendo en las carreteras de la Isla y tomar decisiones valientes y eficaces. Hace falta un plan.