El curso escolar ha empezado esta semana con un incremento de 1.614 nuevas matrículas y un total de 161.519 alumnos en Educación Infantil, Primaria, Secundaria y Bachillerato. Se distribuyen en 108.259 en los centros públicos y 52.023 en los concertados. Faltan por cubrir 238 plazas docentes, de las que 126 corresponden a vacantes y 92 a sustituciones. La mayoría de estas son de Formación Profesional, aunque faltan diez días para que empiecen las clases en estos estudios, por lo que la Conselleria balear de Educación dispone de cierto margen. Uno de los problemas que debe afrontar el Govern consiste en dar respuesta eficaz a las plazas de difícil cobertura. Propone el conseller Antoni Vera un complemento específico que se debería materializar para evitar estas vacantes, un déficit que se agudiza, sobre todo en Ibiza, por el alto precio de la vivienda. Otro dato a valorar consiste en las 156 aulas modulares en los centros, cuatro más que el año pasado, que evidencian la necesidad de mejorar y ampliar las infraestructuras docentes.

Gratuidad de la etapa 0-3 años.
El nuevo curso permitirá valorar la gratuidad en la etapa 0-3 años. El Govern cubrirá cuatro horas lectivas durante diez meses, lo que beneficiará a 11.000 familias. Asociaciones de padres y partidos de la oposición piden que también se cubran con recursos públicos las otras dos horas en estos centros de educación infantil, que pagan los padres; un coste que recaerá en los ayuntamientos y los consells

Herencia recibida.
En clave política, después de ocho años del pacto de izquierdas con el inicio de este nuevo curso ha quedado en evidencia la falta de inversión en infraestructuras educativas de Armengol y Martí March,sobre todo en el caso de Ibiza y Formentera, donde la pésima situación en la que se encuentra el IES Xarc es sólo un ejemplo del abandono financiero que han sufrido las Pitiusas. Frente a esta lamentable situación, los socialistas de Baleares y de Ibiza se quejan de «alarmismo» cuando la propia comunidad educativa se manifestó en varias ocasiones a principios de este año para reclamar unas mejoras que nunca llegaron por parte del gobierno de Armengol.

Por delante, la presidenta Marga Prohens y el conseller balear de Educación tienen la difícil tarea de revertir poco a poco la discriminación que han sufrido en estos ocho años Ibiza y Formentera respecto a Mallorca y Menorca.