La actriz y presentadora Ana García Obregón ha vuelto a ser madre a los 68 años de edad por el método de la gestación subrogada, una práctica legal en el estado norteamericano de Florida con la condición de que la gestante solo sea la portadora de un embrión ya fecundado. La noticia, publicada en exclusiva por la revista Hola, ha generado un importante debate social sobre un acceso a la maternidad en este caso que no se considera legal en España. Mientras las formaciones de izquierda y el movimiento feminista se muestran radicalmente en contra de admitir los vientres de alquiler en nuestro país, el PP se abre ahora a debatir la cuestión siempre que no haya contraprestación económica.
Controversia ética, social y política.
La decisión de García Obregón ha generado un fuerte impacto social y político, a pesar de que no es el primer caso en el país. La lista de personajes conocidos que han recurrido a esta fórmula para tener descendencia es amplia dentro y fuera de España; la novedad en esta ocasión reside en la edad de la presentadora, un factor que se considera negativo para la recién nacida teniendo en cuenta las expectativas de vida. La casuística en torno a los vientres de alquiler es casi infinita, pero siempre genera algún tipo de reparo ético o legal; de hecho solo quince países en todo el mundo aceptan este tipo de acuerdos aunque con diferentes condiciones.
Abrir el debate.
Países como Reino Unido, Italia o Grecia tienen fórmulas diferentes para aceptar los vientres de alquiler, circunstancia que plantea el debate de si España debe o no modificar su ordenamiento legal en relación con este tema. Al fin y a la postre supone poner sobre la mesa la necesidad de acotar la libertad de las personas con respecto a su cuerpo y sus deseos, una cuestión siempre delicada que ahora y aquí solo puede resolver a su favor una élite adinerada.
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Sr@. Periodista o no que no firma el editorial. Vivimos en un país de hipócritas, donde se critica y juzga a todo el mundo y a la mínima de cambio somos nosotros los que hacemos de nuestra capa un sayo. Vivimos en una comunidad de piratas y corruptos, donde el que puede embolsarse la pasta, no tiene reparos. Donde construir viviendas de PO., no es posible por falta de suelo. Pero si lo hay para villas en suelo rústico.y protegido a.cambio de unos "pocos " euros. Vivimos en una isla donde se penaliza al empresario emprendedor, donde una licencia de actividad se pierde entre el ayuntamiento y el consell, como si un partido de tenis se tratase. Dejemos de juzgar y criticar a todo el mundo y miremos en nuestro patio, que apesta. Seguimos igual