La rápida expansión de los contagios en esta sexta ola en las Pitiusas, donde la variante ómicron representa casi el 96% de los casos, la cifra más alta de Baleares, está empezando a comprometer a la sanidad pública. Esta semana se están notificando entre 500 y 600 contagios diarios y ya se ha superado la barrera de los 6.000 casos activos de coronavirus, la mayoría de carácter leve que están pasando la enfermedad en su casa. En esta explosión de contagios están incluidos 104 profesionales sanitarios que están de baja y otros 220 están en vigilancia activa (no están de baja sino que trabajan desde casa haciendo el seguimiento de otros enfermos). En paralelo, van aumentando de manera lenta, pero progresiva las personas contagiadas que requieren hospitalización. Sin embargo, por el momento no está siendo necesario aplicar el plan de contingencia de Can Misses para crecer camas en Medicina Interna.

Noticias relacionadas

Dificultades.
Un total de 104 profesionales sanitarios están contagiados en el caso de las Pitiusas, donde se arrastra el problema endémico de la falta de personal en la sanidad pública. Es una cifra considerable que, previsiblemente, vaya en aumento. Desde el Área de Salud de Ibiza y Formentera reconocieron ayer que están gestionando estas bajas de personal con dificultades ya que, al producirse la misma situación en el resto de las Islas y del país, las posibilidades de contratación de trabajadores de fuera se ven mermadas. Una de las soluciones para poder ‘surfear' esta ola es que los profesionales no contagiados que estén trabajando doblen jornadas de manera voluntaria, lo que se trata de un parche que, sin duda, merma la calidad asistencial de los pacientes.

Soluciones.
El coronavirus irrumpió en nuestras vidas en marzo de 2020 y, desde entonces, nos hemos ido adaptando a las diferentes variantes del virus y restricciones para contener su expansión. En esta sexta ola, una vez más, los más perjudicados son los usuarios de la sanidad pública y sus profesionales, que ven hastiados y cansados que no se han buscado soluciones efectivas en estos dos años para intentar convivir con el virus y la asistencia que requiere.