El fortísimo aumento del precio de la luz puede convertirse en el impulso decisivo para la promoción de las energías renovables en Baleares, que sólo en la implantación de paneles solares se ha incrementado un 125 por ciento este año para suministrar energía eléctrica a 4.500 hogares. En esta dinámica también hay que considerar el papel que tienen las subvenciones públicas que favorecen este tipo de instalaciones, un factor que aumenta el atractivo de los consumidores. El nuevo escenario se completa con una mayor conciencia de la sociedad con respecto a la protección del medio ambiente y los peligros que implica el calentamiento global.
Mejor eficiencia.
Los avances tecnológicos en todo aquello que afecta a las energías renovables, en especial al aprovechamiento de la solar, han sido espectaculares en los últimos años. La eficiencia de las placas no ha dejado de mejorar, circunstancia que permite reducir sus dimensiones. Otro tanto podría decirse de la eólica, pero como se admite desde la Conselleria de Transición Energética, su implantación requiere estudios previos muy pormenorizados dado su impacto visual; al margen de que la instalación en la Serra de Tramuntana está vetada por su elevado nivel de protección. Debería quedar, sin embargo, abierto el estudio de los parques marinos; tal y como sucede en los países nórdicos.
Consenso social.
Con todo, es imprescindible asumir la realidad de las energías renovables, que, en el caso de la solar, tiene un indudable efecto visual y también, justo es advertirlo, de consumo de territorio en el ejemplo de los grandes parques. Es preciso que las instituciones y la misma sociedad asuman esta evolución y se consensúe su regulación. Ahora es el momento, cuando todavía el cambio es incipiente. Demorar las decisiones garantiza que éstas deberán ser más traumáticas. Lo inteligente es evitarlo.