La conculcación de los derechos lingüísticos de los usuarios de la sanidad pública balear conforman el grueso de las denuncias que acumula la Oficina de Drets Lingüístics del Govern, según los datos estadísticos que aporta este mismo departamento. La secretaria general de Política Lingüística, Agustina Vilaret, ha reprobado la actitud de la Conselleria de Salud cuando trata de minimizar la trascendencia de las quejas de algunos pacientes por no ser atendidos en catalán.

Lengua también oficial.

El colectivo sanitario tiene, en la actualidad, una situación de cierto privilegio respecto al conocimiento de la lengua catalana como trabajadores públicos en Baleares ya que no hay suficientes profesionales sanitarios para cubrir las necesidades de plantilla de los hospitales públicos de las Islas. Por ello, el Govern se ha visto obligado a flexibilizar las exigencias del catalán en la sanidad para así poder facilitar la contratación de médicos y enfermeras, por ejemplo.

El dilema no es rechazar un profesional por su falta de conocimiento del catalán, la cuestión de fondo es la actitud de algunos profesionales sanitarios, no todos, ante los pacientes que se expresan en esa lengua. Las expresiones de desprecio e intransigencia hacia la que también es una lengua oficial en las Islas que se reflejan en las denuncias son inaceptables.

Problemas más graves.

La Conselleria balear de Salud ha argumentado que las quejas recibidas de pacientes por no ser atendidos en catalán son muy minoritarias, en concreto, suponen un 0,00058 del total de interrelaciones entre profesional sanitario y paciente y que cuando un usuario presenta una reclamación en este sentido se abre una información reservada para aclarar los hechos y, en caso de detectarse una falta o incumplimiento, se toman las medidas necesarias para aclarar la situación. La realidad es que el total de quejas de pacientes por no ser atendidos en catalán es realmente minoritaria, pero ello no exime a los profesionales sanitarios de esforzarse, ‘hacer oído’ e interesarse por conocer la lengua en la que se expresan sus pacientes. En cualquier caso, la sanidad pública de Baleares tiene problemas mucho más graves actualmente, como el déficit histórico de profesionales sanitarios en prácticamente todas las áreas.