Los vecinos del barrio de la Marina se han cansado de las buenas palabras e intenciones y, sobre todo, de la inacción del Ayuntamiento de Eivissa en un área tan importante como la limpieza. Por ello han pasado a la acción y ayer organizaron una protesta cívica y pacífica: cogieron fregonas, lejía y escobas para hacer lo que debería intensificar el Consistorio dirigido por Rafa Ruiz en verano, la limpieza de las calles. Los vecinos de este barrio denuncian que, por desgracia, no se trata de un problema puntual de uno, dos o tres años atrás sino que es endémico en la zona y está muy arraigado.
La contrata.
Muy atrás queda el Pleno del 26 de noviembre de 2015 cuando se aprobó por la vía de urgencia la adjudicación de la nueva contrata de limpieza y recogida de residuos a la empresa Valoriza. Cabe recordar que seis años antes, el Consistorio había empezado los primeros trámites para contratar a un nuevo servicio de limpieza. La concesionaria se hizo entonces con el servicio de limpieza para un periodo de 10 años con un coste a las arcas municipales de siete millones de euros anuales, si bien esta cifra es variable en función de la calidad del servicio. Un año después, en concreto en abril de 2016, el alcalde Rafa Ruiz y el gerente de la mencionada empresa firmaron el contrato de gestión de limpieza. Valoriza se comprometió a renovar la flota, cambiar contenedores y a mecanizar y mejorar el servicio de limpieza, entre otros aspectos. En junio de ese 2016, Valoriza empezó a trabajar en las calles del municipio con más densidad de población de la Isla.
La realidad.
Los vecinos de la Marina no son los únicos que se quejan de la falta de limpieza en las calles de Vila. De hecho, vecinos de ses Figueretes, es Pratet, Cas Serres y el Eixample expresaron la semana pasada a este periódico su disgusto y malestar con la falta de cuidado que impera en las calles, donde se ha convertido en habitual ir esquivando grandes cucarachas cada noche por las aceras, entre otros detalles más escatológicos. Vila es capital de la isla de Ibiza, Patrimonio de la Humanidad y es el municipio que más densidad de población residente tiene, además del que más turistas recibe en verano. Por ello, el Ayuntamiento de Eivissa debería hacer autocrítica y replantearse si se está dando un servicio adecuado o no al incremento de población flotante en verano. El concejal de Medio Ambiente, Jordi Salewski, afirmó hace unos días a este rotativo que en verano sí que hay refuerzos y que no se descuida a ningún barrio, algo que no percibe la ciudadanía desde hace muchos años.