Un curso con menos alumnos

Impacto económico.
Este ejercicio de 2020 es irregular en todos los órdenes, también en materia educativa. Las negras perspectiva económicas de este año han paralizado buena parte del movimiento migratorio y muchas familias han descartado instalarse en Baleares, circunstancia que se ha reflejado con carácter inmediato en los datos estadísticos de escolarización. Este nuevo escenario, junto con la materialización de la baja natalidad que tiene nuestra Comunitat Autònoma, permitirá a la Conselleria d'Educació trabajar con más tranquilidad en la planificación del curso; los últimos años eran habituales los problemas derivados de la incorporación precipitada de nuevos alumnos. El descenso en el número de solicitudes ha permitido que el 90,7% de los alumnos de Ibiza hayan accedido a su primera opción frene al 85,8 del año pasado y un 100% de Formentera, frente al 97,9 del curso anterior.

Faltan recursos.
El descenso en las cifras de escolarización no soslaya el problema de escasez de recursos, tanto en infraestructuras como de personal, que padece de manera crónica el sistema educativo balear, en especial las infraestructuras de Ibiza. Los protocolos de seguridad a los que obligan las medidas contra la COVID-19 acentúan, aún más si cabe, estas deficiencias. Esperemos que Educació cumpla su compromiso y que el próximo curso de iniciará con las carencias ya resueltas, en especial en lo que se refiere a la contratación extra de docentes.