Canarias, el mejor aliado de las Pitiusas

Nueva improvisación del Gobierno.

Lo más sorprendente del caso no es tanto la intervención de Coalición Canaria como el enorme gazapo del Gobierno, para cuyos asesores no debía ser relevante advertir que levantar el cierre por causa mayor para una actividad industrial –por citar un ejemplo– no es equiparable a que lo tenga que hacer un hotel o una cafetería; más cuando estos últimos deben cumplir severas exigencias higiénicas y ven reducida su capacidad de negocio. La portavoz de la formación canaria, Ana Oramas, consciente de su capacidad de negociación, planteó de inmediato una regulación específica para el sector turístico de su comunidad; cuestión de la que también se beneficiará Ibiza y Formentera.

Nulo peso político.

El actual es un ejemplo más del rosario de beneficios obtenidos en Balears a remolque de Canarias, una dinámica que ninguno de los representantes de las Islas en el Congreso de los Diputados –PSOE, PP, Podemos y Vox– ha querido asumir, aunque fuera a título individual, anteponiendo la disciplina de partido al interés de los ciudadanos, salvo honrosas excepciones. Este es, quizá, el gran problema que subyace para explicar la escasísima capacidad de influencia en los centros de decisión gubernamental. Resulta más sencillo ir a rebufo de Canarias gracias a cuyos votos logramos el incremento en el descuento de residente.