Los informes policiales que revisan la instrucción del ‘caso Cursach' continenen conclusiones demoledoras, la perversa complicidad del juez Manuel Penalva y el fiscal Miguel Angel Subirán ha mancillado el honor de decenas de personas, truncado sus carreras profesionales y dañado su convivencia familiar. Todo ello en base a pruebas falsas o sin contrastar, testimonios obtenidos bajo amenaza o en base a meras especulaciones. Un auténtico huracán judicial sobre unos imputados sometidos al escarnio público en base a filtraciones interesadas a los medios de comunicación, pero ante el que no cabía la más mínima defensa; tampoco la apelación a la presunción de inocencia. Un derecho que, en este tipo de procesos, queda en la práctica machacado desde el primer momento.
Editorial
La presunción de inocencia y la sensatez judicial
29/12/19 4:01
También en Opinión
- Un ibicenco encuentra el amor en First Dates
- Un mallorquín estalla por una multa tras aparcar su moto en la zona azul de Ibiza: «Es una atrocidad»
- Los médicos apoyan el ‘multazo’ de 300.000 euros por el acto negacionista de Miguel Bosé y Josep Pàmies
- «Ibiza se nos ha ido de las manos»
- Un joven de 25 años atemoriza desde hace meses a los vecinos de es Canar