El conseller de Medi Ambient del Govern balear, Vicenç Vidal, aseguró ayer que será el Consell d'Eivissa el que valore cómo ha de actuarse para dejar el islote de es Vedrà libre de cabras. Que estos animales en estado salvaje son gravemente perniciosos para la fauna endémica del lugar, está debidamente acreditado por informes técnicos. Ese aspecto está fuera de discusión. La actuación controvertida y que en 2016 generó una gran indignación fue la decisión de exterminar a los ejemplares a tiros, desde una embarcación, dejando los cadáveres allí y sin preocuparse de si algún animal había quedado malherido y agonizando. Que Vidal insista a estas alturas en defender aquella actuación es propio de una tenacidad digna de mejor causa.

Ira ciudadana.
El equipo de gobierno del Consell d'Eivissa, con el conseller insular Gonzalo Juan al frente del departamento de Medi Ambient, sufrió las consecuencias de la indignación ciudadana. Por ello no están dispuestos a repetir aquel método cruento que acabó llevando a sus responsables ante los tribunales, por más que se archivó la denuncia penal presentada por la Asociación Basta Ya de Maltrato Animal, al no revestir indicios delictivos. Pero sería absurdo y poco inteligente volver a reincidir en una decisión tomada desde Mallorca, tan contestada socialmente y que generó mucha indignación. La máxima institución insular no incurrirá en ese error.

Sensibilidad cambiante.
La sensibilidad de la ciudadanía hacia el sufrimiento de los animales ha cambiado notablemente en los últimos tiempos. Lo que antes era una medida que podía considerarse adecuada, en la actualidad puede percibirse como cruel e inapropiada. Por ello y aunque suponga un mayor gasto de recursos públicos, la opción que procede es capturar a los ejemplares de es Vedrà con vida y sacarlos del islote con las máximas garantías para el personal que lleve a cabo la operación y también para los animales. Liquidarlos a tiros ya no es una opción en Ibiza.