El Ayuntamiento de Eivissa aprobó en julio la Ordenanza Municipal de Regulación de Alcohol, cuya medida estrella era prohibir a los comercios y gasolineras la venta de bebidas alcohólicas desde las 22.00 horas hasta las 08.00 horas del día siguiente. La normativa, además, prohibía la publicidad de alcohol dirigida a menores de edad y el consumo en lugares que afecten a la convivencia ciudadana, lo que comúnmente se llama ‘botellón’. Casi dos meses después, la ordenanza se ha convertido en un mero documento porque el Ayuntamiento ni siquiera ha considerado necesario informar a los comercios que venden alcohol. O los comerciantes no tienen constancia de ello.

Es lo básico
Nadie cuestiona la oportunidad de esta normativa, que ya se aplica en muchos municipios españoles. Las instituciones tienen que ir dando pasos, aunque este sea pequeño, para reducir el consumo de alcohol, que como todo el mundo sabe en España sigue batiendo récords año tras año. Pero no acaba de comprenderse que, más allá de la aprobación y todos los anuncios del Ayuntamiento, nadie haya informado a los vendedores de alcohol cómo tienen que proceder. ¿Cree que el Ayuntamiento de Vila que los comerciantes están pendientes del BOIB? ¿No sería básico comunicar la nueva normativa a los supermercados y las gasolineras?

Otra versión
Sin embargo, el Ayuntamiento sostiene que la Policía Local repartió flyers informativos por el municipio durante la segunda quincena de agosto, es decir, un mes después de su aprobación cuando lo lógico hubiese sido hacerlo un mes antes. Pero los comerciantes no tienen la más mínima idea de la existencia de estos flyers informativos. De nuevo, nos encontramos con un ejemplo más de cómo los anuncios a bombo y platillo en muchas ocasiones se quedan en pura imagen, con escasa intención de que se cumpla la normativa. Hay muchos ejemplos: la limpieza, los excrementos de los perros, el uso de bicicletas en aceras, etcétera, etcétera. Y ahora, la venta de alcohol a partir de las 22.00 horas. La vida sigue igual.