Uno de los principales problemas históricos que arrastra Ibiza desde hace muchísimos años es el sistema de depuración de aguas. Depuradoras con 30 años o más, que no dan a basto cuando llueve un poco fuera de lo habitual y emisarios que se rompen habitualmente han sido y son la constante en la realidad ambiental de la pitiusa mayor. Este año, Ibiza está viviendo un verano lamentable e indigno de un destino turístico de primer nivel. Los últimos casos han sido el vertido de fecales sin tratar directamente de la depuradora de Vila al puerto de Ibiza, lo que provocó la indignación entre vecinos, comerciantes y usuarios de la marina deportiva, y el vertido de fecales que afectó a las cosechas de siete fincas de ses Salines. A esto se suma, además, el vertido de la depuradora de Can Bossa denunciado esta semana por la Alianza del Agua y del cual el Govern tenía constancia desde el pasado 17 de agosto.

Inacción.
Esta semana, el conseller de Medi Ambient del Govern, Vicenç Vidal, aseguró que la inversión en infraestructuras de saneamiento ha reducido los vertidos y que éstos se producen menos que al principio de la legislatura. Los vecinos, comerciantes y turistas que visitan Ibiza, sin embargo, no suelen opinar igual que el conseller Vidal.

Contundencia.
Las administraciones de Ibiza y el Govern deben tomar de una vez por todas cartas en el asunto e invertir de verdad en tener un sistema de depuración de aguas decente, como la isla de Ibiza, sus habitantes y sus turistas se merecen ya que no se entiende que cada vez que llueve un poco fuera de lo normal, las alcantarillas salten y los emisarios empiecen a verter fecales sin tratar al mar, a los puertos y a los campos de cultivo. La inversión podría venir de la ecotasa, ¿no es acaso priotario para las administraciones locales y el Govern mejorar el sistema de depuración de aguas para no perjudicar el medio ambiente? Se deben tomar medidas cuanto antes para que no vuelva a ocurrir lo de este verano. Ibiza y sus vecinos y turistas se lo merecen.