El ministro de Fomento, José Luis Ábalos, se comprometió ayer con los presidentes de los gobiernos de Canarias y Balears, Fernando Clavijo y Francina Armengol, respectivamente, a hacer efectiva en este mismo mes de julio la bonificación del 75 por ciento a los residentes de ambos archipiélagos en sus desplazamientos a la Península, tanto por vía marítima como aérea. El anuncio supone una notable reducción en el plazo de aplicación de esta medida, que figura en los presupuestos del Estado aprobados recientemente. Cabe recordar que, inicialmente, se calculó que la ampliación del descuento no podría aplicarse antes de final de año; circunstancia que provocó una airada respuesta política y social, tanto en Canarias como en Balears.
El Gobierno recapacita.
Todo indica que los presidentes Clavijo y Armengol han logrado transmitir al ministro Ábalos el impacto social que tiene el descuento de residente en sus respectivas comunidades, y quizá lo que resulta más sorprendente es que han logrado romper la dinámica habitual en estos casos; que no ha sido otra que ignorar las demandas ciudadanas. Hay que admitir que se ha sabido reaccionar y los dos archipiélagos han coordinado una estrategia exitosa frente al Gobierno central. Los ciudadanos se beneficiaran más pronto que tarde de este ansiado descuento del 75 %, la Península, por decirlo de algún modo, estará mucho más cerca a partir de ahora.
Que figure en el REB.
El importante compromiso alcanzado ayer no puede ser una cuestión coyuntural, la bonificación del 75 % debe consolidarse en el todavía pendiente Régimen Especial de Balears que el Govern negocia con la Administración central. Un paquete de ayudas que ahora sólo beneficia a los viajeros, pero que también deben ampliarse al tráfico de mercancías; el punto más conflictivo para garantizar la competitividad de nuestras empresas. Celebremos el avance, pero sin bajar la guardia.