La recogida de firmas ayer en Ibiza de los movimientos Mos Movem y Hablamos Español para defender la libre elección de lengua provocó un gran debate entre los lectores de este periódico, un ejemplo de cómo el tema de la lengua vuelve a ser motivo de polémica y genera problemas de convivencia en la sociedad ibicenca y balear en general. Estos movimientos defienden el derecho de los padres a elegir la lengua con la que tienen que estudiar sus hijos, una posibilidad que ahora mismo no se puede ejercer ya que los centros escolares eligen mayoritariamente el catalán como lengua vehicular.

Aprender catalán.
Hay que dejar claro que la enseñanza del catalán en Baleares emana de la Ley de Normalización Lingüística y del decreto de mínimos, donde se establecen los parámetros que los colegios deben utilizar para hacer convivir catalán y castellano. Es un asunto complejo. Por una parte el catalán, cuyo uso social es cada vez más reducido, es la lengua propia de estas islas y por ello debe protegerse y potenciarse. Por otra parte el castellano es la lengua de todo el Estado y también es lícito que pueda reclamarse su uso en colegios públicos.

Problemas de convivencia.
El problema ahora mismo es que se ha vuelto a romper la convivencia lingüística, que el Govern, con su errática política sobre los requisitos del catalán en la sanidad, ha provocado la reacción de una parte de la población, un debate que cada cierto tiempo aparece con fuerza en la sociedad. La promoción del uso del catalán es imprescindible, muy urgente, pero debe hacerse de forma natural y progresiva. Lamentablemente las imposiciones consiguen el efecto contrario del que se persigue y ahora nos encontramos en esta fase, que un sector de la población no entiende que se le imponga la lengua catalana, lo que está generando enfado entre una parte de la población de forma innecesaria. Una lectura de los comentarios a la noticia publicada ayer es un ejemplo de lo que está ocurriendo. Hay que promover el uso del catalán, pero la lengua es un instrumento para entendernos y ahora mismo, por culpa de políticas muy desafortunadas, está consiguiendo que la sociedad esté dividida. Debe restablecerse la normalidad de forma urgente y recuperar la moderación, sin caer en radicalismos.