Transparencia en casa de los demás.
Es sorprendente que el Ayuntamiento de Vila siga recetando transparencia, pero siempre en casa de los demás. Qué fácil es ser transparente con el pasado. Y además Molina se ha indignado por las acusaciones de Fajarnés sobre un posible trato de favor hacia la empresa contratada. El gobierno municipal le hace un flaco favor a la transparencia cuando la oposición sospecha sobre estos contratos y Molina, además, opta por lanzar balones fuera. Con una auditoría se despejarían muchas dudas. A esta negativa del equipo de gobierno que lidera el alcalde Rafa Ruiz, hay que sumarle su oposición a que los políticos dejen de formar parte de las mesas de contratación, donde únicamente haya técnicos y funcionarios. Molina defendió que la propuesta es «innecesaria» y se parapetó en los servicios jurídicos del Ayuntamiento, para que sean estos quienes determinen lo que haya de hacerse en cada momento.
El trabajo de la oposición.
Además de no aceptar las críticas, los miembros del PSOE y Guanyem vuelven a demostrar que tampoco entienden el papel de la oposición y que no están por la labor de ser más transparentes y por la rendición efectiva de cuentas. Por mucho menos que estos contratos de la fallida mancomunidad del agua los ahora miembros del gobierno hubiesen armado la pasada legislatura un auténtico cisco. Pero parece que también se están acostumbrando a intentar dar las explicaciones mínimas a la oposición y, por ende, a los vecinos de la ciudad y a sus representantes.
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