Ibiza13/12/17 4:01
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Este periódico publicaba ayer que Podemos ha reclamado una fórmula que anule un artículo de la Ley de Urbanismo para, dicen, evitar que se autoricen nuevas urbanizaciones. A raíz de la disposición que legaliza unos terrenos construidos en Platja d'en Bossa y Cala Vedella, que la izquierda y los ecologistas han bautizado como ‘Ley Matutes', lo que quiere ahora Podemos es crear una artimaña política para evitar que se autoricen más urbanizaciones. Podemos sabe perfectamente que eso es imposible, y que lo que hace la Ley de Urbanismo es legalizar unos terrenos que ya estaban construidos, pero la intención es crear confusión jurídica y, peor aún, forzar la situación política. Podemos pretende cambiar lo que aprobó la mayoría parlamentaria hace exactamente una semana. Es decir, a Alberto Jarabo, personaje político al que no quieren ni en su propio grupo parlamentario, aspira a que la minoría política esté por encima de la mayoría.

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Podemos reclama una fórmula que anule un artículo de la Ley de Urbanismo

Sigue la polémica.
Ya publicábamos hace unos días que el nombre de Matutes es un buen argumento siempre para los partidos de izquierdas, que como también dijimos están más pendientes de lo que dicen en Twitter que de hacer una política responsable en materia territorial. Lo sorprendente es que dicha disposición fue una propuesta del Ayuntamiento de Sant Josep para regularizar una situación que no tenía ningún sentido. No es tampoco Matutes el propietario más beneficiado, como dijo ‘Agustinet', sino la propiedad de Cala Vedella. Todo intento de dar sentido común a esta propuesta de Sant Josep tiene poco recorrido cuando te topas con políticos populistas como Jarabo.

Cumplir la ley.
Lo que resulta preocupante es que el portavoz de Podemos presente una propuesta para modificar una ley aprobada hace una semana. ¿Y qué importancia tiene para Podemos la mayoría parlamentaria? Parece que ninguna. ¿Y aceptar la ley? Si ésta no cumple con las ideas de Podemos no tiene demasiado valor. Sin duda, un nuevo episodio que demuestra el bajo nivel al que se ha situado nuestra clase política en los últimos años.