En la última reunión de la Comisión de Coordinación Aeroportuaria de Balears celebrada el pasado lunes, el Govern balear y las patronales pidieron una rebaja del 13 por ciento en las tasas aeroportuarias para mejorar la competitividad de las Islas como destino turístico. Una demanda que desde AENA no ven con buenos ojos pero que el director general de Aviación Civil, Raúl Medina, dejó en manos del Gobierno central.

Una rebaja necesaria. La petición de las autoridades y empresarios baleares supondría un ahorro importantísimo –se calcula que serán alrededor de 150 millones de euros– para las aerolíneas que trasladan turistas y residentes a las Islas y supondría el espaldarazo definitivo para que las Pitiusas dejaran de estar aisladas, valga la redundancia, durante la temporada baja. Un asunto para el que el Govern balear también ha solicitado que se incrementen las bonificaciones al transporte aéreo en los meses de invierno del 20 al 25 por ciento, lo que ayudaría muchísimo a la desestacionalización turística en las Pitiusas.

Asignatura pendiente. La falta de turistas durante el invierno es la gran asignatura pendiente en las Pitiusas. La bonanza climática que disfrutan las islas de Ibiza y Formentera durante esta época hacen que ambas sean un destino ideal durante la temporada baja, pero la falta de conexiones aéreas provoca que la gran mayoría de establecimientos hoteleros y de oferta complementaria echen el cierre durante estos meses. Esto provoca que lugares bellísimos que durante el verano están en su máximo esplendor, como el puerto de Vila y el barrio de la Marina, muestren en invierno una cara totalmente distinta. Es necesario, por tanto, que se facilite la llegada de turistas en esta época del año para que estas y otras zonas de nuestras islas mantengan siempre su encanto. Sin embargo, es el Gobierno central el que tiene en su mano aprobar tan necesaria rebaja en las tasas aeroportuarias, aunque no será nada fácil que el Ejecutivo renuncia a tan suculentos ingresos.