Podemos fue un partido político que irrumpió en la vida política española en un momento en el que las instituciones estaban muy desprestigiadas, azotadas por la corrupción. Y fue, sin duda, un síntoma de ‘aire fresco’ en la democracia. Sus mensajes políticos eran evidentemente de izquierdas, pero lanzaban propuestas de regeneración democrática que ningún partido político sensato podía rechazar. Evitar las puertas giratorias de los políticos fue una de ellas. Pasado el tiempo, Podemos se ha mostrado como una formación política cada vez más radicalizada, cuyo objetivo es, ahora mismo, convertirse en el primer partido de la oposición ante la crisis de los socialistas. Sin embargo, el camino no será nada fácil. Por sus propios errores, sobre todo.

El caso de Espinar. La compra de una vivienda protegida por parte del senador de Podemos Ramón Espinar ha sido la última polémica que está marcando la actualidad política. Aunque Espinar y sus compañeros se esfuercen en defender la legalidad de la operación, el caso plantea muchos interrogantes: ¿Cómo pudo conseguir el piso? ¿Tuvo que algo que ver las influencias de su padre? ¿Cómo pudo comprar un piso un estudiante con un sueldo que no llegaba a los 500 euros? Pero al margen de estos interrogantes, que Espinar no ha aclarado convenientemente, está el aspecto ético. Espinar y sus compañeros de Podemos se han dedicado estos últimos años en reclamar el uso social de la vivienda, pero cuando ellos han podido acceder han especulado para lograr un rendimiento económico. Es difícil dar lecciones éticas a los demás cuando ni ellos las están cumpliendo.

Otros casos. No es el primer caso difícilmente justificable que aparece de dirigentes de Podemos. Recordemos que Iñigo Errejón fue expedientado por tener una beca y no acudir a la Universidad de Málaga. Y Juan Carlos Monedero está suspendido de empleo y sueldo por la polémica de su contrato con países sudamericanos, por el cual ingresó 450.000 euros. En Ibiza, recordemos el caso del dirigente condenado por narcotráfico, que Podemos defendió inicialmente, y el otro militante expedientado por la Policía Nacional. Sin duda, los escándalos se le acumulan a Podemos. Su imagen de partido modélico ya es historia.