La propuesta de reforma electoral presentada por Més merece ser tenida en cuenta. La rebaja al 3 por ciento del porcentaje para acceder al reparto de escaños del Parlament y los consells es una garantía de más pluralidad en los máximos órgano de representación política de Balears. La iniciativa, que supondría aplicar el método Sainte-Lagüe, en lugar de la Ley d’Hondt, permitiría dar voz a formaciones que no alcanzan la barrera actual del 5 por ciento y el reparto de escaños a partir del sistema inventado por el belga Víctor d’Hondt. Esta situación es especialmente gravosa en las circunscripciones de Menorca y Eivissa, aunque también tendría su impacto en Mallorca. Conviene recordar que la modificación que se realizó en 1995, impulsada entonces por el PP, tuvo una clara intencionalidad política para excluir entonces a Unió Mallorquina de las instituciones.

El consenso, la clave. La modificación de la Llei Electoral exige el apoyo de los dos tercios del Parlament: 40 diputados. La actual configuración permitiría a un sólo grupo, el Partido Popular, bloquear esta iniciativa. Será, por tanto, necesario buscar el concurso de los conservadores para que la iniciativa pueda salir adelante. Un texto de esta trascendencia no debe quedar condicionado por mayorías coyunturales o intereses partidistas, como ya ocurrió hace más de dos décadas. La sociedad balear ha cambiado y es razonable que su representación institucional se adapte a esta nueva realidad.

Apertura institucional. La modificación de la Llei Electoral que propone Més pondrá a prueba la consistencia del discurso aperturista que defienden la mayoría de los partidos, entre otras razones porque aceptar las nuevas normas en el reparto de los escaños del Parlament y los diferentes consells supondrá facilitar el acceso de formaciones consideradas, hasta ahora, minoritarias. El objetivo es ampliar el espectro ideológico, dar voz a más sensibilidades políticas y sociales como eje de una nueva era política.