El vicepresidente del Govern y titular de la Conselleria d'Innovació, Investigació i Turisme, Biel Barceló, compareció ayer ante la correspondiente comisión parlamentaria para explicar los ejes básicos de su departamento durante la legislatura. En este sentido hay que destacar el claro pronunciamiento en favor de un cambio sobre el esquema actual de la economía balear, restando peso a la dependencia de turismo –en especial del sector hotelero– en favor de la diversificación, con especial mención de la industria en todas su variantes. El discurso de Barceló se ajusta a la opinión técnica de numerosos expertos, pero también choca con la tozuda realidad del creciente peso de la actividad turística en el conjunto de la economía balear.

Tejido industrial. No deja de resultar novedoso en un responsable político una manifestación pública en favor de alternativas al monocultivo turístico, tan provechoso como arriesgado desde la perspectiva económica para Balears. Barceló plantea una contención del peso que la explotación turística tiene sobre el conjunto del PIB de las Islas, en ningún caso una ofensiva para su paulatina supresión. Al contrario, la implantación de la llamada ‘ecotasa' –prevista para 2016–, cuya recaudación se quiere destinar íntegramente a la mejora del paisaje y la oferta turística, lo confirma. Sin embargo, la industria, en su concepción más amplia –desde la más innovadora hasta la que mantiene reminiscencias casi artesanas– puede ser un valor económico por redescubrir en Balears y un colchón eficaz frente a períodos de recesión en el futuro.

Compromiso global. El planteamiento del vicepresidente del Govern requiere un compromiso muy amplio del conjunto de la sociedad, tratar de dirigir el cambio tan sustancial que se propone sólo desde el poder político puede acabar convirtiéndolo en una mera declaración de intenciones. Las instituciones y todos los agentes sociales deben hacer un frente común para lograr lo que debería ser un objetivo estratégico para garantizar el futuro económico de Balears.