Señores del Ayuntamiento de la ciudad, sean del partido que sean, no sé cómo es posible que mantengan una ciudad Patrimonio de la Humanidad tan abandonada. Escribí en varias ocasiones que más bien resulta «Patrimonio de la Vergüenza» por lo abandonada que la tienen, no sé cómo no les da vergüenza.

Llevo muchos años dialogando con varios alcaldes y concejales de todos los colores, sobre todo para que se arreglara la calle Sta. María, una de las más antiguas y la única peatonal del tramo más alto de Dalt Vila y, que para más inri, pasa por dos fachadas de Can Botino. La excusa ha sido siempre la falta de piedra. Ahora tienen las piedras (escalones de la antigua Delegación del Gobierno), pero siguen sin arreglarla.

No sé cómo tuvieron el atrevimiento de recibir a los alcaldes de otras ciudades Patrimonio: Cáceres, Toledo, Segovia, Burgos, … Les puedo asegurar que a mi se me habría caído la cara de vergüenza.

Llevo muchos años insistiendo en lo mismo y no sirve de nada, incluso enviando cartas con fotografías a ICOMOS, pero como dijo hace más de diez años una concejala: «en lugar de ser un orgullo, el Patrimonio nos separa».

Se deberían buscar culpables: ¿son los políticos, la «comisión de Patrimonio» o los técnicos, que quieren poner su sello personal en una obra que artísticamente no les pertenece? ¿O como dijo un expresidente del Consell «los mequetrefes», refiriéndose a los que no les dan la razón? Me atrevería a dar algunas pistas.

Y no olvidemos el Museo Arqueológico cerrado, otra lamentable vergüenza.