Este mismo miércoles ha puesto fin a su pesadilla y tiene claro que no volverá alquilar una vivienda, según cuentan desde Libre Mercado, y que es consciente de que si más propietarios lo aplican, buenos inquilinos se quedarán con menos oferta para alquilar. Obviamente voy a vender mi casa, pero vamos… ¡Mañana mismo! ¡No espero ni un día más! No alquilaré jamás. Y tampoco denunciaría. Lo siento, pero no lo recomiendo, porque esto se enquista. Y yo no soy un escudo social —repite una y otra vez—. Yo estoy trabajando para mantener a mi familia, no para mantener a otra», manifiesta Inma al medio citado.
Aunque en pocos días han recuperado la casa, esto ha sido una lucha de más de cuatro años, ya que en el año 2020 anunciaron a su inquilina que tenían que recuperar la vivienda por motivos laborales y que sino tenían que alquilar otra. Aun así, ya tienen la casa a su disposición gracias a la « no convalidación y la aprobación del nuevo decreto ha sido determinante, pero también la rapidez del juzgado y el trabajo previo que tanto ella como sus abogados habían realizado».
Durante todo este tiempo buscaron varias vías para que ambas partes saliesen ganando. En febrero de 2021 interpuesieron una demanda, pero la inquilina fue a servicios sociales para que le concedieran la vulnerabilidad, por lo que se paralizaron las gestiones y no pudieron ir a juicio. Tras dos años, Inma se preguntó cómo era posible que el desahucio no se aplicara después de cada prórroga sin que nadie viera si la mujer seguía siendo vulnerable. En Servicios Sociales le dijeron que esto no se revisa y que «es para toda su vida».
Aun así, Inma fue astuta y descubrió que sí se podía si el juez lo solicitaba, por lo que ella y su abogado se pusieron manos a la obra. «Esta señora no aportó la documentación necesaria y, además, descubrimos que el núcleo familiar superaba cuatro veces los ingresos para ser vulnerable, con lo cual, el juez dijo que, efectivamente, se tenía que ir de mi casa», declara Inma a Libre Mercado.
En ese momento ya era julio de 2024 y hasta noviembre de ese año no se fijó nada debido a problemas burocráticas. El 29 de enero tenía que marcharse, pero el 7 de ese mes la mujer se presentó en el juzgado manifestando que era vulnerable y así paralizar el desahucio. Aun así, el 22 de enero, después de que se tumbase en el Congreso el decreto antidesahucios y quedase derogado, Inma aprovechó, según recita el medio citado anteriormente, para recuperar su casa: «hicimos rápidamente un escrito de alegaciones diciendo que ya no había decreto y que, por tanto, si esta persona era vulnerable, ya no era mi responsabilidad mantenerla y, como el lanzamiento era inminente, se dio cabida a la petición", celebra emocionada»
Entre el 22 de enero y el 29 de enero la inkiokupa intentó por todas las vías retrasar el desahucio, pues el 29 entraba en vigor un nuevo decreto aprobado por el Consejo de Ministros y que vuelve a suspender los lanzamientos, pero finalmente le adjudicaron una vivienda social, por lo que el juez permitió a Inma y a su familia recuperar su casa.
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