Varios dispositivos móviles colocados sobre la mesa. | Europa Press - Eduardo Parra

El formador y comunicador Silvestre del Río advierte de los riesgos y el impacto de Internet y las redes sociales en los menores, señalando por ejemplo la red social Tiktok que, asegura, es «un oasis para los pedófilos».

Así lo expuso Del Río con su charla 'De las tablets al porno', enmarcada en la jornada 'Impacto del contenido inadecuada en menores a través de Internet' organizada por la Oficina Balear de la Infancia y la Adolescencia (OBIA).

El experto analiza el tránsito que hacen los menores y jóvenes a través de Internet y los peligros que esconden algunas páginas y redes sociales de las que acaban siendo consumidores o productores de contenido.

En el caso concreto de TikTok, Del Río advierte del peligro de la red social aunque los menores no publiquen contenido. Según apunta, las consecuencias derivan de los modelos y ejemplos que los niños cogen de los vídeos que se hacen virales, que representan en muchas ocasiones conductas violentas o que sexualizan a la mujer.

Posteriormente, asegura, los menores reproducen aquello que ven en los videos, ya sea en el colegio o con la publicación de videos en esta red social o en otras. «No es el baile inocente de tu hija, es lo que ve el pedófilo que está en TikTok», advierte, señalando que en los últimos años se ha incautado material a pedófilos sacado de redes sociales.

Este tipo de imágenes que recogen los pedófilos, advierte, también pueden ser publicadas por padres y familiares de los menores en sus redes sociales. «Muchos adultos no saben lo que pasa cuando se publican fotos de los niños. Hay que abrir los ojos», avisa.

AUMENTO DE LAS CONDUCTAS VIOLENTAS

Los menores se relacionan cada vez más de forma violenta, cogiendo ejemplos de juegos online, canciones, series que no son adecuadas para su edad o contenidos en redes sociales. Como ejemplos, Del Río expone que en YouTube los niños siguen a creadores de contenido populares que actúan con violencia con sus familias, normalizando dichas actuaciones y reproduciéndolas después en el colegio o en sus casas.

Sobre esta cuestión, Del Río añade otro punto, que denomina la dictadura del like, y que pone de manifiesto por qué los menores imitan estas conductas. En concreto, subraya que siguen los ejemplos de aquellos vídeos que se viralizan y «hacen popular» a la persona para conseguir más 'me gusta' en las redes sociales.

En relación con los videojuegos y las consolas conectadas a Internet, el formador expone que implican otro peligro para los menores además de las conductas violentas que se representan en ellos. Este son los chats en línea que posibilitan a los niños hablar con desconocidos. Del Río advierte que hay personas que entran en los juegos para chantajear a los menores y jóvenes con monedas virtuales para los juegos a cambio de fotos o llamadas de video de contenido sexual.

DATOS ALARMANTES

El experto mostró durante la charla varios datos, que asegura son alarmantes, relacionados con la presencia de los menores en Internet y el acceso a contenidos pornográficos, basados en estadísticas del año 2023.

Precisamente, se estima que un 23 por ciento de los menores tiene presencia en Internet antes de nacer y un 83 por ciento, antes de los seis meses de edad. Además, un 30 por ciento de los padres sube cada día una foto de sus hijos a la red.

Igualmente, señala que dos de cada tres menores tiene una tablet antes de los siete años y que la edad en la que obtienen el primer teléfono móvil es a los nueve años. El 68 por ciento de los menores de entre diez y 12 años tiene redes sociales, mientras que un 12,5 por ciento de ellos acepta solicitudes de amistad de personas que no conoce.

"ACCEDEN AL PORNO SIN QUERER"

En cuanto a la pornografía, el formador explica que los menores acceden a estos contenidos «sin querer». En este sentido, un 50 por ciento de los niños de entre 11 y 13 años ha visto pornografía a través de Internet.

Según Del Río, a pesar de que ciertas plataformas contienen protección para menores o se pueden instalar controles parentales, aparecen en ocasiones anuncios que dirigen a juegos o contenido pornográfico. «Llegan al porno fácilmente», lamenta, argumentando que acceden también a este contenido a través de enlaces de redes sociales o por fallos de los cortafuegos.

Otro de los peligros de esta situación, incide, son las consecuencias de que los menores vean porno en edades tan tempranas puesto que, al ser un contenido violento, normalizan actuaciones peligrosas.

En esta línea, explica que la pornografía y la prostitución son dos caras de la misma moneda. «La distorsión de las relaciones sexuales y la degradación de la mujer están presentes en ambas actividades», subraya, agregando que el ciberespacio «ha creado un espacio privilegiado de reclutación para los proxenetas».

Precisamente, remarca que redes sociales como Onlyfans son una de las vías para entrar en la prostitución, así como las aplicaciones de 'suggar daddy'. Ambas formas se promocionan a través de videos en redes sociales como una oportunidad para ganar dinero. «Los proxenetas no están en la calle, están en las redes sociales», alerta.

RECOMENDACIONES

Ante esta situación, el formador expone una serie de consejos para minimizar los riesgos que supone Internet para los menores, que pasan por poner límites en el uso de las tecnologías hasta dar un buen ejemplo por parte de los adultos.

Precisamente, aconseja evitar la sobreexposición temprana y retardar la adquisición del primer móvil, por ejemplo, a los 14 años. También recomienda respetar el tiempo de uso recomendado para evitar futuras adicciones y reducir el tiempo de exposición a riesgos. En concreto, el tiempo de uso recomendado para niños de entre cinco y 12 años es de 90 minutos al día y, para los niños de cero a tres años, se recomienda cero pantallas.

Por otro lado, destaca la importancia de acompañar a los menores de manera cercana, conociendo su mundo y controlando el contenido, así como estableciendo una comunicación «útil» y ayudarles a desarrollar un pensamiento crítico.

Además, recalca la necesidad de que los padres sean una fuente de referencia, así como los profesores, para establecer un trabajo en equipo que pasa por hablar con los menores de aquello que les gusta y generar confianza. En caso de duda, insiste, hay que revisar el móvil del menor «de arriba a abajo» porque pasa por encima su protección que su intimidad. «El consejo estrella es que la mejor educación es ser un buen ejemplo para los niños», concluye.