«Soy heterosexual, pero los hombres me dan asco», afirmó Valentina a Carlos Sobera antes de que le presenten a su cita. Asimismo, le dijo que a pesar de su atracción por ellos, son «el principal problema para las mujeres del mundo».
Cuando Valentina conoció a Miguel, un joven granadino de 32 años, la cita no se desarrolló con la suficiente química. El joven se equivocó una vez con el nombre llamándola Martina, algo que ella no pasó por alto, aunque siguieron con la cita hablando de sus intereses.
Aun así, el momento que le chocó a Valentina fue cuando Miguel le dijo que la política no le importaba, a lo que ella reaccionó en la entrevista a solas que «eso no se puede decir», y que lo hubiese entendido si le hubiese explicado las razones por las que le gusta un partido u otro.
Además, no concordaron con el futuro familiar. Así como Miguel quiere casarse y tener hijos, Valentina se opone a ello. El veredicto final por ambas partes fue un no, ya que ambos notaron que les «había faltado algo».
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