La foca, con el miedo reflejado en su expresión, subió a la barca no sin dificultades por la parte de atrás, pegada al motor. Alrededor se revolvían unas orcas, disgustadas por ese giro del destino pero atentas al siguiente movimiento de su presa.
Los pescadores trataron de ayudar a la foca, que bajó y subió de la barca varias veces a la espera de que sus depredadores se cansaran. Por mala suerte, no se sabe cómo terminó su aventura.
En el vídeo, publicado por Amazing Ocean, también aparece la historia de otras dos focas que subieron a otros barcos en busca de pescado o de una siesta.
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