1. Soplar las velas: un deseo de buen augurio
En muchas culturas, el acto de soplar las velas en un pastel de cumpleaños no es solo un momento fotogénico, sino un ritual cargado de significado. Originada en Alemania en el siglo XVIII, la costumbre de colocar velas encendidas sobre un pastel estaba dedicada a Kinderfest, una celebración infantil. La creencia sostiene que el humo de las velas lleva los deseos y oraciones al cielo, donde los espíritus y deidades pueden escucharlos mejor. No obstante, una vela que se apaga o reaviva por sí sola es vista como un mal presagio, posiblemente señalando que el deseo no se cumplirá o que el próximo año podría ser desafiante.
2. La primera pieza del pastel: una cuestión de prioridades
En algunos países, como Rusia y Brasil, la primera rebanada del pastel de cumpleaños se ofrece simbólicamente a un ser querido ausente o a una deidad. Esta práctica no solo honra a aquellos que ya no están físicamente presentes, sino que también se considera un gesto de buena voluntad que puede atraer la fortuna y la protección espiritual durante el año venidero.
3. Regalos con significado: entre el acierto y el tabú
Seleccionar un regalo de cumpleaños puede ser un arte delicado, especialmente en culturas donde ciertos objetos llevan consigo fuertes connotaciones. Por ejemplo, en China, regalar un reloj implica un deseo de «dar tiempo», lo cual se interpreta como contar los días hasta la muerte, siendo así un grave desaire. Similarmente, los cuchillos y otros objetos punzantes son mal vistos en muchas culturas porque simbolizan la ruptura de la relación entre el donante y el receptor.
4. Celebrar antes de tiempo: tentar a la suerte
Una creencia bastante extendida en lugares como Rusia y Ucrania es que celebrar un cumpleaños antes de la fecha real puede traer mala suerte. Esto se debe a una vieja noción de que adelantar la celebración es como «vivir prestado» el tiempo que aún no ha llegado, posiblemente alterando el curso natural de los eventos o incluso alterar el destino, impidiendo que la persona alcance su próximo año de vida.
5. Ropa y colores: vestirse para el éxito... o el desastre
El color de la ropa que se elige para celebrar un cumpleaños también puede ser significativo. En algunos círculos de la India, se evita usar el negro en las celebraciones, ya que se asocia con el luto y la mala fortuna. En contraste, colores vibrantes como el rojo y el dorado son favorecidos por su conexión con la prosperidad y la felicidad.
6. Evitando el espejo: un reflejo de la superstición
En algunas narrativas de Europa del Este, se considera de mala suerte mirarse en un espejo mientras se celebra el cumpleaños. Especialmente si la persona está vestida de fiesta o rodeada de decoraciones festivas. Se cree que esto podría atraer el mal de ojo o duplicar las preocupaciones para el año que viene.
Estas tradiciones y supersticiones de cumpleaños, aunque pueden variar en forma y significado a través de diferentes culturas, todas resaltan la importancia universal de la celebración de la vida. Más allá de las creencias en la suerte o la mala suerte, estos rituales refuerzan los lazos sociales, fortalecen las conexiones comunitarias y nos recuerdan celebrar no solo el día en que nacimos, sino también cada año que tenemos la fortuna de vivir.
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