Las reseñas de Google sobre bares y restaurantes pueden resultar extremadamente útiles para decantarse por uno u otro local ya que dan una clara idea sobre el trato y la calidad de la comida del sitio en cuestión.
Pero ya se sabe que a las reseñas las carga el diablo y este ejemplo dado a conocer por la cuenta de Twitter @Soycamarero es un claro ejemplo de ello.
Una pareja abandonó un restaurante después de que el encargado profiriera «Unos gritos totalmente desproporcionados y con muy mala actitud, cuando los niños lo único que hacían es jugar en una máquina de gancho de regalos que precisamente es para niños», según explicaron. Tras el incidente decidieron marcharse del bar «para no entrar en conflicto con esa persona». «Por supuesto que no volveremos», zanjaron.
El aludido no tardó en responder a semejante acusación: «Creemos que todo ha sido fruto de una confusión: la suya». El dueño del bar quiso dejar claro que no era «un chiqui-park» para desentenderse de los pequeños. Asegura que los niños se pasaron todo el tiempo «subidos a las sillas, zarandeando y golpeando entre gritos la máquina del pulpo».
Defienden que sí es un establecimiento familiar: «Recibimos multitud de familias con niños, y pocas veces hemos asistido a comportamientos tan abusivos y maleducados». Aclaran que solo se les llamó la atención una vez «para que cesaran de causar daños en la propiedad ajena, y de comportarse como auténticos salvajes». Además, como prueba aportan que la máquina de juegos tuvo que ser reparada después de que la utilizaran. «No es para tratar de trampearla y tumbarla para que saque los regalos a la fuerza», explica.
La publicación generó una gran cantidad de comentarios polémicos sobre la ‘niñofobia' en la hostelería.
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