Tello apunta que los azúcares y las grasas saturadas deben evitarse para el desayuno de los niños, pero para los adultos también cuenta esto. «Un bowl de cereales, un bagel, una tostada o un muffin no son diferentes a un postre», puntualiza la experta.
Estos alimentos perjudican al sistema circulatorio, que cada día son más frecuentes en niños y jóvenes, acompañados de obesidad infantil.
La experta de Harvard indica que la cantidad no está vinculada a la calidad en la alimentación, es decir, que con pocos ingredientes se puede plantear un buen desayuno saludable y nutritivo para la familia.
Si se eligen cereales deben ser integrales y sin azúcar, que tienen un alto contenido en fibra para mantener los niveles de azúcar en sangre. Una buena opción es la avena o la quinoa. En cuanto a la proteína, es lo primero que se debe incluir, por lo que el yogur con cereales y fruta es una combinación espectacular. Además, los huevos son una gran fuente de esta y nos aporta múltiples nutrientes.
Es importante añadir grasas saludables como los frutos secos, el aguacate o el aceite de oliva. Por otra parte, la fruta de temporada es una opción saludables para hacer diferentes combinaciones.
Por último, desde Harvar Medical School recomiendan tomar el desayuno en casa para saber lo que comemos y lo que comen los niños a primera hora del día para evitar la comida rápida.
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