Una imagen de la Luna. | Imagen de Patou Ricard en Pixabay

Con el programa Artemisa, la NASA vuelve a poner su objetivo en la Luna, y es que con ella se pretende llevar de nuevo al ser humano a este satélite aunque, en este caso, siendo una mujer quien pise la superficie lunar, en lo que se constituye como una nueva «carrera espacial» aunque con un «objetivo final diferente al de Apolo», explicaba en ente el pasado mes de septiembre. Ahora, la NASA ya ha detallado la hoja de ruta para estudiar los fenómenos paranormales y dedicará esfuerzo a comprar en los próximos viajes su teoría sobre la vida en el satélite terrestre.

El profesor del Máster en Astrofísica y Técnicas de Observación en Astronomía de la Universidad Internacional de La Rioja (UNIR), José Francisco Sanz Requena, explicó a Europa Press que la misión Artemisa «está dividida en tres partes, la primera de ellas se intentó el lunes 29 de agosto de 2022 con el lanzamiento de Artemisa I, no obstante, debido a un fallo en el motor, se ha retrasado su lanzamiento».

Con la primera de esas «partes», Artemisa I, «se pretendió hacer un apunte de datos de navegación que se utilizarán en las otras dos misiones» tal y cómo ha detallado el profesor de UNIR.

A ella le sigue Artemisa II, prevista para noviembre de 2024, la cual «será una especie de órbita alrededor de la luna, para localizar un buen sitio de aterrizaje para la tercera de las misiones», siendo Artemisa III, con la que, finalmente, la primera mujer llegaría a la Luna.

«Son procesos muy similares a los de su hermana mayor, la misión Apolo» ha señalado Sanz Requena, ya que en ella «también se hizo un reconocimiento de la Luna para conocer los posibles lugares de aterrizaje».

De esta manera, una vez completadas las tres misiones que conforman el programa, «con Artemisa III se regresaría, en 2025, a la Luna».

ARTEMISA Y APOLO

A pesar de que la predecesora y exitosa Apolo fue similar en varios aspectos a la nueva Artemisa, también son muchos los factores que las diferencian.

«No solamente Artemisa en sí misma, sino también otros factores dentro de las misiones a la Luna, como pueden ser la intervención de China o Rusia» ha señalado Sanz Requena, apuntando que, en esta ocasión, la motivación de las más grandes potencias mundiales por regresar a este satélite «va encaminada a hacer minería lunar».

«Digamos que el objetivo final es diferente al de Apolo» ha señalado el docente de UNIR y es que, «la Luna se ha vuelto muy atractiva porque en ella se encontrarán materiales que en la Tierra escasean, y que en un futuro serán muy importantes».

Es por ello que «hay una especie de carrera espacial muy similar a la que hubo con Estados Unidos y la antigua Unión Soviética que, a pesar de ser el primer país que puso un hombre en el espacio, los primeros que llegaron a la Luna fueron los americanos» ha expresado Sanz Requena.

En este sentido, el profesor de UNIR ha remarcado cómo esta motivación por regresar a la Luna «está repartida» en cuestiones políticas y económicas, y es que ha explicado cómo «China está invirtiendo buena parte de su presupuesto en tecnología espacial para enviarla a la Luna, incluso en época de pandemia este país envió una misión que tuvo éxito y que llegó a la Luna, y Rusia a pesar de la guerra con Ucrania también está preparando misiones a la Luna», algo que ha calificado como una «competencia política».

No obstante, «al margen de las cuestiones políticas» ha comenzado explicando «tiene gran peso porque en la Luna se pueden encontrar materiales como el helio-3, que en la Tierra escasea y que, en un futuro, se usaría para construir reactores de fusión en lugar de los actuales reactores nucleares».

A esto se le suma «la parte científica» en la que ha mencionado el interés por «la cara oculta de la Luna, dónde se quiere instalar radiotelescopios y construir una especie de base lunar para, desde ahí, hacer lanzamientos a Marte» ya que, ha explicado, «la Luna tiene menos gravedad que la Tierra, y el coste de ir a la Luna es menor».

¿LA LUNA O MARTE?

Sanz Requena ha descrito como «uno de los objetivos más importantes» de las misiones espaciales, aquel de la astrobiología, es decir, «buscar vida fuera de nuestro planeta» y Marte tiene un nivel astrobiológico muy grande".

Es por eso que, a pesar del ya en marcha regreso a la Luna, el objetivo principal de la NASA es el de llegar a Marte, y es que este planeta «es seco y estéril, pero tenemos evidencias muy claras de que hubo agua, y el agua está muy relacionada con la vida».

«La astrobiología es muy importante» ha señalado el docente de UNIR, destacando que, a su juicio, «difiere de la misión a la Luna, la cual es una misión más comercial».

«EL SER HUMANO ESTÁ HECHO PARA VIVIR EN LA TIERRA»

La posibilidad de que el ser humano pueda habitar en otros planetas es algo que a todos se nos ha pasado por la cabeza, y algo que, de hecho, es uno de los principales objetos de estudio de la NASA.

Sobre ello, Sanz Requena ha señalado que «el ser humano está hecho para vivir en la Tierra» y es que, tal y como ha explicado, «se encuentra sometido a la gravedad terrestre y bajo una atmósfera que nos protege contra las radiaciones».

En este sentido, ha indicado «lo que ocurre cuando salimos al espacio exterior es que las naves espaciales tienen que tener un blindaje especial para proteger a los astronautas de esa radiación».

Es por ello que el docente de UNIR ha manifestado «salir fuera de la Tierra no es un hábitat aconsejable para el ser humano» añadiendo que «se habla de llevar humanos a Marte, pero hay que tener cuidado».

UN INTERÉS GLOBAL

Lo que está claro es que el regreso a la Luna es algo que despierta un interés a nivel mundial, y es que, tal y cómo ha señalado Sanz Requena, «no son solamente Estados Unidos, China y Rusia los países interesados, otros como los Emiratos Árabes, la Agencia Espacial Europea, y muchos más también están invirtiendo».

A ello se le suman las diferentes empresas privadas que, ha señalado, «también están invirtiendo mucho» destacando entre ellas Space X, Elon Musk o Blue Origin.

Y es que este nuevo viaje a la Luna constituye otra «carrera espacial», en la que ya todo el mundo quiere formar parte del regreso del ser humano al satélite, esta vez, realizado por una mujer.