Los últimos días el tenista ha seguido manteniendo su rutina de entrenamientos y al finalizar era acompañado hasta el centro hospitalario por algún familiar e incluso su entrenador y amigo Carlos Moya, accediendo al interior con el coche por una puerta lateral, evitando a los fotógrafos haciendo guardia en la puerta principal. «No quiero hacer publicidad de mi vida privada», nos confesó el propio Rafa, dejando constancia de que quiere mantener su privacidad. Algo de lo que la pareja siempre ha hecho gala, sin vender exclusivas, ni exponer su vida personal en los medios.
En la suite, con vistas a la ciudad y al edificio Mapfre, en el que Mery Perelló trabajo durante una temporada, Nadal ha podido disfrutar de la llegada de su primer hijo. A través de las ventanas, y con la complicidad de la noche, pudimos ver como en el salón de la habitación veía los partidos de Champions, pero antes salió al pasillo para coger de la máquina de refrescos hasta tres latas de su elección. Mientras, Mery desde la cama seguía otro programa por televisión. Junto a su esposa, también se podía apreciar cómo se acercaba a la cunita del pequeño Rafa.
Este jueves por la noche, Nadal abandonó el hospital conduciendo su propio vehículo y llevando algunas de las flores y centros de orquídeas que le habían regalado durante su estancia, dejando algunos también en el puesto de enfermeras de la planta. A quien no se la vio abandonar el hospital fue a Mery y al bebé, quienes lo harían por una de las cinco puertas por las que no había fotógrafos. Así pues la familia Nadal-Perelló ya se encuentra en su casa.
Sin comentarios
Para comentar es necesario estar registrado en Periódico de Ibiza y Formentera
De momento no hay comentarios.