Es un postre sencillo y con mucha historia. Sus orígenes se remontan siglos atrás. De hecho, hay constancia de este postre en publicaciones del siglo V. Como se consideraba en aquella época un alimento de fácil digestión y con gran aporte energético se popularizó durante siglos dárselo a los enfermos y a las mujeres que acababan de dar a luz (de hecho, en Menorca se conoce a las torrijas como «sopes de partera»). No fue hasta el siglo XIX cuando, con la popularización de la clase media y el abaratamiento de los alimentos, se vio en este postre el elemento perfecto para alegrar la dieta de la Cuaresma. Otra versión histórica, más mística, alega que el pan y el vino simbolizan el cuerpo y la sangre de Cristo. Sea como sea, aquí va la receta típica con la que se chuparán los dedos religiosos y ateos.
Ingredientes
- Una barra de pan (va bien si es del día anterior, porque la vamos a desmigar)
- 600ml de leche (entera, semi o desnatada)
- 3 huevos
- Canela para espolvorear y en rama
- 100 gramos de azúcar
- Aceite de oliva
Preparación
- Ponemos a hervir la leche en un cazo y añadimos dos ramitas de canela y el azúcar. Mientras la leche se calienta, cortamos la barra en rodajas de 2 centímetros de grosor.
- Cuando la leche hierva, vertemos el contenido de la cazuela en un plato hondo y preparamos otro plato hondo con los tres huevos batidos. Vamos empapando las rebanadas en la leche caliente. Cuidado, porque aquí está el truco: cuanto más reciente sea el pan, menos tiempo tendrá que estar sumergido en la leche. Cuando las rebanadas estén empapadas, las y preparamos otro plato hondo con los tres huevos batidos y calentamos la sartén con aceite.
- Cuando el aceite esté caliente, vamos empapando las rebanadas en el huevo y las pasamos por la sartén. Recuerda no meterlas todas de golpe, sino ir poco a poco y controlando la dureza. Cuando estén doradas por un lado, damos la vuelta hasta que estén igualmente doradas por el otro costado.
- Cuando estén ya fritas, hay que dejarlas sobre un plato con un papel de cocina de fondo para que chupe el aceite. Y una cosa imprescindible: hay que aplastar las rebanadas con una espátula y espolvorearlas con canela, azúcar o miel.
Una versión saludable
Para quienes quieran cuidar su salud o su figura, os proponemos la versión saludable de las torrijas. Un intento por evitar esta bomba calórica. En cuanto a los ingredientes, hay que sustituir la barra por pan integral, el azúcar por un edulcorante alternativo como panela o estevia y optar por leche desnatada. En cuanto a la preparación, en lugar de freírlas, vamos a hornearlas. Para ello, tras empaparlas en el huevo, colócalas en una bandeja de horno con papel para hornear. Mételas en el horno a 170ºC durante unos seis minutos, dales la vuelta y deja que se doren por el otro lado otros tres minutos. Una vez hechas, aplástalas con la espátula y añade canela espolvoreada.
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