¿Por qué los niños poseen la capacidad de memorizar muchas cosas en un instante, por ejemplo la marca de los coches o los personajes de sus dibujos animados favoritos? La explicación no tiene que ver con la edad sino con el interés que muestran por todo y la emoción que les despierta aquello que les atrae.
«Estas emociones tienen un gran impacto en el cerebro; abren la puerta del hipocampo, la entrada de la memoria, y quedan grabadas. En otras palabras, si algo es impactante para nuestro cerebro, nos resultará más fácil de recordar y, por tanto, más fácil de aprender. Sin embargo, a medidas que envejecemos, aquello que queremos recordar no nos resulta tan emocionante», señala Yoshihiro Ikeda en la introducción de su libro El método Ikeda. El secreto japonés para mejorar tu memoria (Kitsune Books, 2020).
Este autor japonés - ganador seis veces consecutivas del campeonato de Memoria de Japón y primer japonés en lograr el World Memory Gran Master en 2013 en Londres- presenta en este libro su particular método para estimular la memoria y fortalecer el cerebro a través de de una serie de ejercicios. Como él mismo explica en sus páginas: «Aprenderemos a activar el interruptor de la memoria. Este método consiste en provocar una reacción en el cerebro. Si esta se produce, el interruptor de la memoria se encenderá al recibir una información. Entonces, ¿qué resulta impactante para el cerebro de un adulto? La respuesta es la inspiración. En concreto, la sensación que se produce al descubrir algo nuevo».
¿Y qué propone Ikeda para conseguirlo? Pues un plan de entrenamiento compuesto por sesenta ejercicios cuyo objetivo es el de enseñar técnicas para mejorar la memoria pero también hacer que el lector sea capaz de memorizar mientras se divierte. A su vez, para conseguir activar esa inspiración o sensación de descubrimiento, Ikeda divide los ejercicios en cinco capítulos o «sensores de inspiración»:
- El sensor de detección: el placer de descubrir algo oculto o nuevo.
- El sensor de clasificación: el cerebro comprime toda aquella información que tiene elementos en común y aumenta la capacidad de almacenamiento.
- El sensor de cotejo: utilizar información que ya se conoce para que el proceso de memorización sea más eficiente.
- El sensor de imagen: imágenes que ayudan a memorizar mejor.
- El sensor de relación: el cerebro recupera la información que está conectada siempre que sea necesario.
Para conseguir buenos resultados no hace falta volverse locos ni tampoco disponer de mucho tiempo libre. El autor propone llevar a cabo un plan de un mes realizando tan solo dos ejercicios diarios: «A medida que los resuelvas, estos sensores se pondrán en marcha de forma automática. Y una vez activados podrás utilizarlos cuando trabajes, estudies o durante cualquier otra tarea cotidiana», dice Ikeda. Tras esos treinta días de entrenamiento el japonés asegura empezaremos a notar tres efectos: recordar de manera eficiente, durante mucho tiempo y con facilidad.
Animarse con el 'método Ikeda', por cierto, no es cuestión de edad y pueden ponerlo en marcha desde estudiantes que quieran mejorar su capacidad de memoria hasta personas de mediana edad que desean empezar a cuidar su salud mental, prevenir el deterioro cognitivo y luchar contra la demencia o enfermedades como el alzhéimer. En Japón ha encandilado a mas de 150.000 personas.
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