Una mujer mirando los productos de una estantería del supermercado.

En la industria alimentaria se utilizan numerosos términos para describir productos con la intención de atraer a los consumidores, jugando un papel crucial en sus decisiones de compra. En las baldas de los supermercados nos encontramos con una gran cantidad de variedades de un solo producto, por lo que, en muchas ocasiones, tendemos a escoger la opción que percibimos más saludable. Esta tendencia no es desconocida por las grandes firmas de alimentación, que frecuentemente abusan de un etiquetado de ‘bajo en calorías’, ‘sin azúcares añadidos’ o ‘0%’ que no siempre se ajusta con la realidad.

De esta manera se cree que estamos realizando una elección beneficiosa para nuestra salud. Sin embargo, muchos de estos productos que aclaman ser más beneficiosos que el resto, no cumplen con los estándares necesarios para ser considerados como saludables o contienen ingredientes o conservantes que pueden llegar a ser perjudiciales para nuestra salud. Por ello, los expertos en nutrición de FITstore.es han elaborado un listado con las etiquetas más comunes que utilizan las marcas para persuadir a los consumidores a comprar sus productos.

1. El embutido ‘extra’: no es más puro, sino más perjudicial

Es común encontrar la etiqueta ‘extra’ en los productos de la sección de embutidos, que sugiere al consumidor que, para su preparación, se ha utilizado una carne de mejor calidad y que el producto es más puro. Sin embargo, no debemos fiarnos de esta etiqueta, ya que puede resultar engañosa al no garantizar una mayor salubridad o una mejor calidad.

El consumidor debe saber qué significa la palabra ‘extra’ para no caer en el anzuelo del reclamo publicitario. Por tanto, es crucial prestar mucha atención a los valores nutricionales de los embutidos antes de comprarlos.

2. Los productos gourmet: una estrategia de marketing más para ganar dinero

Hoy en día, los productos gourmet están muy de moda en nuestros supermercados y sus etiquetas sugieren al comprador que son más exclusivos y lujosos, creando la impresión de que tienen una calidad mejor y valores nutricionales más saludables. No obstante, son los productos de siempre, con un packaging más atractivo y moderno, pero por un precio bastante más elevado que la versión convencional. Además, estos productos no suelen reflejar en su etiquetado cómo se mejora la calidad de sus ingredientes, o su origen.

3. Lo ‘artesanal’ o ‘casero’ no se encuentra en el supermercado, sino en tu hogar

Valoramos y apreciamos lo artesano como consumidores por su forma de producción, que emplea productos de alta calidad y, que se aleja de la producción en masa. Por eso, cuando vemos en el supermercado una etiqueta que indica que un producto es estilo ‘artesanal’ o ‘casero’, podríamos estar presuponiendo que se ha elaborado según los estándares que conocemos cuando realmente no tiene nada que ver.

«Es natural que asociemos lo artesanal con calidad, por eso las marcas se aprovechan y lo usan en productos comunes que no tienen nada que ver con una producción artesanal. Es un tema muy complicado, pues esta etiqueta carece de cualquier tipo de regulación. De hecho, las fichas técnicas y el porcentaje de ingredientes serán mucho más precisos cuando se realiza de forma industrial y no en los supuestos productos caseros» declara el fundador de FITstore.es.

4. Lo ‘rico en fibra’ no equivale a saludable

Si bien es cierto que la fibra es esencial para el buen funcionamiento de nuestro sistema digestivo, no podemos determinar la salud general de un alimento únicamente por su contenido de fibra. «Al comprar un producto rico en fibra, no podemos asumir automáticamente que es saludable. A menudo contienen altos niveles de azúcares añadidos o grasas trans que pueden anular su beneficio principal» asegura Luis Cañada.

Hacer el cambio de la versión convencional por la ‘digestive’ pensando que son una opción saludable que complementa una dieta rica en fibras y favorece el tránsito intestinal es un error. «El término ‘digestive’ es un claim comercial sin ninguna propiedad, lo cual lleva a equívocos significativos sobre sus verdaderos beneficios», añade Cañada.

5. La mentira de los productos ‘light’

Cuando buscamos perder peso, solemos cambiar nuestros hábitos de compra, optando por productos etiquetados como bajos en calorías o ‘light’. Sin embargo, es importante entender que ‘light’ no siempre significa menos calorías. Esta etiqueta puede referirse a una reducción en grasas, azúcares o sal, y no exclusivamente a una disminución calórica.

Aunque creemos que estamos consumiendo menos calorías, la realidad es que la reducción en grasas suele compensarse con la adición de hidratos y almidones, lo que puede mantener o incluso aumentar el contenido calórico del producto.