Pasamos gran parte de nuestro tiempo pensando en el futuro e imaginando todo lo malo que pudiera suceder a nosotros y a nuestros seres queridos. ¿Sabías que el 95% de esas preocupaciones nunca se materializarán? Vivimos atrapados en un constante «¿Y si…?», lo que nos provoca miedo, tristeza y ansiedad, bloqueándonos e impidiéndonos hacer las cosas que realmente deseamos.

¿Y si me despiden del trabajo?

¿Y si a mis hijos les pasa algo?

¿Y si mis padres enferman?

¿Y si me equivoco en esta decisión que estoy tomando?

Esta lista puede crecer infinitamente con todos esos «¿y si?» que ahora mismo estás pensando. Proyectarnos en un futuro incierto, imaginando escenarios que quizás nunca sucedan, nos lleva a sufrir más por lo que pensamos que nos va a pasar, que por lo que realmente ocurre. Y a no estar presentes en el momento actual perdernos lo que verdaderamente está sucediendo.

LA VIDA NO SE PUEDE PLANIFICAR, LA VIDA SOLO SE PUEDE VIVIR

Quiero que te concedas un regalo valioso: libérate del peso de un futuro que aún no ha llegado y aprende a centrarte plenamente en el PRESENTE, donde verdaderamente ocurre la vida. Permíteme compartir contigo algunas claves que aplico en mí misma y ayudan a quienes participan en mis sesiones. e vi¿Te gustaría integrarlas en tu vida?

1) ¡STOP!

Cuando empieces a «montarte la película» sobre lo que va a pasar en tu futuro, y sobre todo si la película es de miedo, e PARA. Frena tus pensamientos y empieza a ser consciente de que todo lo que estás pensando es fruto de tu imaginación. ¿Estás seguro de que va a pasar? ¿Hay alguna probabilidad de que suceda? Pues eso...

2) CONECTA CON EL PRESENTE

Comienza a interiorizar que la realidad es solo lo que está pasando ahora, todo lo demás no es real. Puede que esos escenarios ocurran, pero en realidad, la mayoría de las veces no suceden. Trae tus pensamientos al aquí y ahora, y aprende a disfrutar del momento presente con todo lo que tiene para ofrecer.

3) ALEJATE DE LA NECESIDAD DE CONTROLARLO TODO

No importa cuánto te proyectes en el futuro para anticiparte y evitar lo que podría suceder; por mucho que lo intentes, no podrás controlarlo. Experimentarás una profunda liberación y bienestar cuando aprendas a dejar que las cosas fluyan naturalmente, alejándote de la ansiedad por querer controlarlo todo de inmediato.

4) SÉ OPTIMISTA Y CONFÍA

Espera cosas buenas de la vida. Esto te hará vibrar con energía más alta y atraerás a tu vida experiencias y oportunidades positivas. Confía en que el universo tiene algo bueno reservado para ti.

5) ÁBRETE A LA VIDA Y FLUYE

Aceptar la incertidumbre, adaptarse a los cambios y confiar en el proceso de la vida te permitirá vivir con mayor paz y plenitud. Cuando dejas de resistirte y aprendes a fluir, encuentras armonía y bienestar en cada momento. Porque cuando fluye, es por ahí…

6) REFLEXIONA SOBRE TU PASADO

Piensa en tu pasado y las cosas que te han sucedido. ¿Crees que las podrías haber previsto? Pues con el futuro ocurre lo mismo…

7) TOMA TUS DECISIONES EN BASE A LO QUE SIENTES HOY

Actúa según tus sentimientos actuales, sin preocuparte por lo que pueda suceder mañana, ya que el futuro es incierto.

8) ESCUCHA A TU CORAZÓN Y DEJA QUE TE GUÍE

Confía en tu intuición, en tu sabiduría interior que a veces está enterrada por miedos e inseguridades. Pero no te preocupes, se puede desenterrar y, si lo necesitas, estaré encantada de ayudarte a conseguirlo.

9) ADÁPTATE A LOS IMPREVISTOS

Acepta los imprevistos y adáptate a ellos en lugar de frustrarte o sentir rabia. Esta flexibilidad te permitirá manejar mejor las situaciones inesperadas, te ayudará a mantener la calma y encontrar soluciones más efectivas.

10) OCÚPATE SOLO DE LO QUE DEPENDE DE TI

Concéntrate en lo que puedes influir y deja de preocuparte por lo que está fuera de tu control. Así, evitarás gastar energía innecesariamente en resultados que no puedes cambiar.

11) INVIERTE EN AUTOCONOCIMIENTO

Desarrolla tus fortalezas y busca recursos que te ayuden a vivir de manera más segura, serena y en equilibrio. La vida no se trata simplemente de evitar las situaciones que temes, sino de equiparte con las herramientas necesarias para enfrentar las dificultades con mayor fortaleza. Al cultivar tus habilidades y aprender de cada experiencia, creces personalmente y estás mejor preparado para cualquier situación que se presente en la vida.