El coaching me ha ayudado a desarrollar una gran capacidad, la escucha activa, un maravilloso descubrimiento en mi vida.
Escuchar sin interrumpir buscando activamente en el relato juicios y creencias (en vez de personas y situaciones).
Escuchar lo que el otro no oye para enseñarlo, como un espejo, con el objetivo de que en ese reflejo pueda ver algo nuevo, algo distinto que le permita conectar con una nueva forma de entender la situación y le ayude a salir del bucle, sufrir menos y vivir más en paz.
En muchas sesiones de coaching y en conversaciones del día a día observo como las personas sufren, entran en el bucle de la queja, la protesta, la ira, el juicio… Detrás de esto está:
- Resistencia a los procesos individuales de los demás.
- Suponer que todos comparten tus valores y creencias.
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No reconocer las diversas formas de expresión emocional de cada persona: cada uno tiene su manera de demostrar el cariño, agradecimiento y también la incomodidad y el enfado.
Cada persona somos únicos y es precisamente esta diversidad la que aporta diferentes colores a la vida.
Cuando las creencias están muy alejadas entre unas personas y otras hace que determinados comportamientos y actitudes hagan que nos sintamos invadidos en nuestra intimidad, vida social o laboral pues sentimos que alguien extralimita sus funciones. Esto lleva a entrar en conflicto y a conectar con la ira, rabia, juicio, la decepción e incluso la tristeza….
¿Te das cuenta de que en la vida se dan situaciones que a ti te afectan y desequilibran y sin embargo a otra persona no le afectan en absoluto (o viceversa)?
Si deseas seguir conviviendo, trabajando en armonía, teniendo una relación de amistad con esa persona, entonces en TI está poner tus límites, explicarle tu visión y como te hace sentir su comportamiento o actitud, entendiendo que el motivo es que no está alineado con tus creencias o esquemas mentales y que tu objetivo no es que los cambie, sino marcar unos límites de convivencia que permita a ambos sentiros cómodos.
Para muchas personas esto es una conversación difícil y no la quiere afrontar por falta de CONFIANZA en SI mismo, MIEDO a que la otra persona se enfade y se rompa la relación, CREENCIA de que su forma de pensar es la verdad absoluta, falta de HERRAMIENTAS para exponer su visión desde la calma …
El gran trabajo aquí es poner la RESPONSABILIDAD EN NOSOTROS, y dejar de hacer responsables a otros de nuestro desequilibrio.
Si quieres estar cerca de esa persona entiende en qué punto del proceso está, acepta sus creencias, no debes entenderlas, pero si ser consciente de que están ahí y no tienen que ser las mismas que las tuyas, pues cada uno hemos tenido diferentes experiencias vitales que nos colocan en el lugar donde estamos.
No intentes cambiarlas, como no te gustaría que intenten cambiar las tuyas.
Pero sí marca tus límites, mantén esa conversación quizás difícil para ti desde la aceptación, amor y comprensión. Y si no sabes cómo hacerlo busca quién te enseñe, esto es algo que se aprende.
Entonces… la película cambia, te sentirás más en paz y la relación mejorará.
Se puede dar el caso que tus creencias, valores y los de la otra persona están años luz y entonces, de nuevo, pon la responsabilidad en ti y decide el tiempo que quieres pasar con esa persona o incluso si decides alejarte.
Si es así, aléjate soltando y dejando atrás todos los sentimientos negativos entendiendo que cada uno tenemos distintos valores, creencias y esquemas y vivimos de acuerdo con ellos. Entendiendo que cada uno estamos en un estado de evolución y ninguno es mejor ni peor, estamos en nuestro proceso.
Pero deja de poner en otros el motivo de tu LUCHA, pon la RESPONSABILIDAD en TI y TOMA ACCIÓN si tu decisión es vivir de manera más SEGURA, SERENA Y EN EQUILIBRIO.
Llegar a este punto es un PROCESO y no se llega de la noche a la mañana. Observa, escucha, cuestiona tus creencias y esquenas mentales, experimenta y suelta lo que te mantiene en el bucle, mira la vida como un juego… Solo tú tienes dar el primer paso para avanzar hacia la vida que deseas.
Como ejercicio después de la lectura te propongo lo siguiente:
- Piensa en una situación en la que necesites establecer límites o expresar tus sentimientos y necesidades.
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Practica cómo comunicar tus límites o sentimientos de manera clara, calmada y respetuosa. Puedes hacerlo frente a un espejo o grabándote a ti mismo.
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Visualízate durante varios días transmitiendo el mensaje que deseas de manera tranquila y desde el corazón.
- Si es posible, realiza esta comunicación con la persona involucrada y verás cómo te resulta más sencillo después de haberlo practicado y visualizado.
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