Consumir un desayuno equilibrado y variado de forma regular se relaciona con una mayor ingesta diaria de nutrientes, un mejor cumplimiento de las recomendaciones nutricionales y una mayor calidad de la dieta total, incorporar lácteos, frutas y cereales integrales, además de un cuarto grupo que complemente al resto nos proporcionará una mayor variedad y equilibrio nutricional.
Además de hidratos de carbono complejos, proteínas, grasas saludables, vitaminas y minerales, cabe destacar la importancia que ejercen ciertos aminoácidos como el triptófano y la tirosina, presentes en los alimentos ricos en proteínas en la cognición y en el rendimiento escolar.
El triptófano, presente en alimentos como las semillas de calabaza, de sésamo, en la soja, en productos lácteos, carnes como pollo y pavo, pescados y huevos, entre otros, favorece la síntesis de serotonina que es la denominada «hormona de la felicidad», relacionada con la regulación del apetito, y su disminución se asocia con pérdida de memoria, depresión, angustia, falta de sueño y tristeza; y de melatonina, relacionada con el ritmo circadiano y el sueño, clave para un descanso de calidad, que a su vez es fundamental para alcanzar un rendimiento óptimo a lo largo del día.
Asimismo, la tirosina desempeña un papel importante en la producción de neurotransmisores, proteínas y hormonas. Está presente en carnes, pescados, productos lácteos, huevos, legumbres, frutos secos y granos enteros. Los hallazgos sugieren que el consumo del desayuno tiene un efecto positivo a corto plazo en la cognición, la memoria, la atención y la función ejecutiva.
Además, se ha observado que el rendimiento académico incrementa a la par que la frecuencia de desayuno, y saltarse el desayuno se asocia con un menor rendimiento cognitivo y emocional. Por tanto, hay consenso al concluir que desayunar es más beneficioso para la función cognitiva que no hacerlo.
Las encuestas analizadas muestran que el 85 por ciento de los niños desayunan a diario, y el 50 por ciento emplean más de 10 minutos en desayunar. Sin embargo, solo el 25 por ciento hace un desayuno completo y saludable (incluyendo cuatro grupos de alimentos). Casi un 85 por ciento de los niños consume lácteos de forma habitual en el desayuno, pero un 56 por ciento no incluye fruta.
Las opciones saludables de proteína para incluir en un desayuno pueden ser: huevos, que también son ricos en colina, una vitamina esencial para el cerebro y los músculos; yogur griego sin azúcar, que contiene más proteína que el yogur regular y es bajo en grasas y carbohidratos; queso bajo en grasa, tofu, salmón o pavo.
Las opciones saludables de grasas para incluir en un desayuno pueden ser: aguacate, que es rico en ácidos grasos monoinsaturados; frutos secos y semillas, que son ricos en grasas saludables, proteínas y fibra; aceite de oliva rico en grasas monoinsaturadas y puede ayudar a reducir la inflamación.
Los carbohidratos complejos incluyen la avena, el pan integral, las frutas frescas, las verduras, los batidos de proteínas y frutas o las tortitas de harina integral, entre otros. Estos carbohidratos proporcionan energía sostenible para el cuerpo y favorecen la saciedad.
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