La Guardia Civil ha detenido a siete supuestos miembros de una organización criminal radicada en Barcelona sospechosos de haber estafado cerca de un millón de euros a una treintena de clientes de una entidad bancaria de Mallorca.
La bautizada como operación 'Madean', según ha informado la Comandancia del Instituto Armado en Baleares, se ha saldado también con la intervención de dos lingotes de oro, dispositivos de almacenamiento de criptomonedas, un vehículo de alta gama y un arma simulada, entre otros efectos.
La investigación se inició a raíz de las diversas denuncias recibidas por los agentes del archipiélago, buena parte de ellas de clientes de una misma entidad bancaria de Mallorca que aseguraban haber sido estafados mediante la técnica del 'spoofing'.
Ésta consiste en suplantar el número de teléfono real de un banco para, mediante mensajes SMS, enviar enlaces fraudulentos a sus clientes para llevarles hasta una réplica exacta de la página web de la entidad en cuestión.
Las víctimas, creyéndose que realmente están interactuando con su banco, introducían sus credenciales personales. Tras ello, los supuestos estafadores les llamaban por teléfono para solicitar los códigos de doble autenticación, necesarios para llevar a cabo las transacciones ilegítimas.
De este modo, según los cálculos de los investigadores, la banda llegó a estafar cerca de un millón de euros a una treintena de clientes de la entidad bancaria mallorquina durante el año y medio que se calcula que estuvo operativa.
Abiertas las pesquisas, los agentes llegaron hasta ocho sospechosos a los que comenzaron a investigar. Dos de ellos, descubrieron, habían sido denunciados previamente ante la Policía Nacional en otros lugares de España por hechos similares.
Así, el pasado 28 de enero se practicaron de manera coordinada seis registros domiciliarios en la provincia de Barcelona --en la propia Barcelona, en Sant Boi, en Terrasa y en La Granada-- en los que se arrestaron a seis hombres y una mujer.
También se intervino numeroso material electrónico empleado en la comisión de las estafas, dinero en efectivo, dos lingotes de oro, dispositivos de almacenamiento de criptomonedas, joyas de oro, brillantes, relojes de lujo, prendas de ropa, un vehículo de alta gama y un arma simulada.
La localización de todos estos efectos --valorados en cerca de 150.000 euros--, a juicio de los investigadores, demostraría el alto nivel de vida que mantenían los sospechosos, a quienes se les imputan delitos de blanqueo de capitales, estafa telefónica y pertenencia a organización criminal. Varios de ellos han ingresado en prisión provisional, mientras que otros han quedado en libertad con medidas cautelares.
Las pesquisas, en las que han participado diversas unidades de la Guardia Civil, han permitido vincular a los arrestados con varios otros delitos cometidos en diversos puntos del país, lo que pondría de relieve el «alto nivel de coordinación» de la banda.
El Instituto Armado continúa analizando el material incautado para tratar de identificar a nuevas víctimas y a potenciales colaboradores de los supuestos estafadores, por lo que no se descartan nuevas detenciones.
Aunque todavía no se ha podido cuantificar con certeza el número exacto de personas afectadas por las estafas en todo el país, los agentes dan por asegurado que superan el centenar.
Jóvenes y subrogación de servicios
El perfil mayoritario de los miembros de este tipo de bandas de estafadores --y de ésta en concreto--, según ha explicado uno de los investigadores que ha participado en la operación en declaraciones a los medios de comunicación, es el de jóvenes de entre 18 y 25 años.
Aunque en los albores de la delincuencia tecnológica sí que necesitaban de un amplio conocimiento técnico para cometer las estafas, ha indicado, hoy en día no es así. «La ciberdelincuencia hoy en día se mueve mucho por lo que se conoce como 'crime as a service', se subrogan los servicios», ha apuntado el agente.
Así, si los delincuentes necesitan falsear la página web de una determinada entidad bancaria, por ejemplo, «la compran en la 'dark web' o en foros de Telegram en los que se mueve mucho esta compra y venta de herramientas fraudulentas».
Preocupación por los ciberdelitos
La ciberdelincuencia, ha admitido, es uno de las tipologías delictivas que más preocupación está causando en los agentes «porque no para de crecer». Todos los días, ha apuntado, llegan «cantidad de denuncias» a la Guardia Civil por estafas bancarias como el 'spoofing'.
«El hecho de que crezca es indudablemente porque cada vez se hace más uso de la tecnología», ha valorado el investigador, especializado en este tipo de delitos. Según el último balance de criminalidad del Ministerio del Interior, en 2024 se denunciaron 12.934 ciberdelitos en Baleares, un 12,6% más que el año anterior.
Buena parte de ellos, 11.471 (una subida interanual del 11,4%), fueron estafas informáticas como las que cometían los siete arrestados en la operación 'Madean'.
Para evitar ser víctima de este tipo de hechos, ha recomendado el agente, es importante tener en cuenta que una entidad bancaria jamás pide a sus usuarios que les facilite su nombre o contraseña, por lo que si alguien lo solicita pude ser un buen indicador de que se trata de una estafa.
Y siempre que se haga desde un teléfono móvil, acceder a las cuentas bancarias a través de la aplicación oficial y nunca mediante enlaces externos cuya veracidad se desconoce.
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