La investigación, que ha sido realizada por Carles Beneyto, José Ángel Aranda y Félix Francés, desarrolla una «metodología prometedora para abordar los desafíos asociados con el cambio climático y su efecto en los regímenes hidrológicos».
«Los diferentes estudios climáticos predicen un aumento en la frecuencia y magnitud de eventos extremos que, combinado con el desarrollo socioeconómico global, conducirá a un aumento en las pérdidas por inundaciones resultantes de eventos de precipitación extrema en los próximos años», destaca, en un comunicado, Félix Francés.
También subraya este especialista que «desafortunadamente, las metodologías actuales sólo permiten abordar estos problemas para los eventos de mayor frecuencia (y menor magnitud), por lo que era necesario desarrollar metodologías que reduzcan la incertidumbre en las estimaciones de inundaciones asociadas a una baja probabilidad de ocurrencia y magnitudes catastróficas».
Los investigadores aplicaron la metodología propuesta en el caso de estudio de Rambla de la Viuda, situada en la provincia de Castellón. Para ello, utilizaron generadores climáticos estocásticos para obtener series sintéticas de precipitación futura a partir de los modelos climáticos corregidos y la información obtenida de estudios regionales realizados de los mismos. De hecho, los resultados obtenidos revelaron un claro aumento de los eventos extremos de precipitación en los próximos setenta años para todos los diferentes modelos climáticos analizados.
«A pesar de una ligera reducción en la cantidad anual de precipitación, se observan aumentos significativos en las temperaturas máximas, una intensificación de las olas de calor y un incremento en la frecuencia y magnitud de los eventos de precipitación extremas», afirma Carles Beneyto.
Contexto de cambio climático
En este sentido, la importancia del estudio radica en la capacidad para proporcionar estimaciones precisas de inundaciones futuras en un contexto de cambio climático.
«Estos hallazgos son fundamentales para la toma de decisiones informadas y la gestión efectiva de los recursos hídricos, ya que permiten identificar áreas vulnerables y diseñar infraestructuras resilientes. Además, destacan la necesidad de adoptar medidas proactivas para mitigar los riesgos asociados con las inundaciones extremas en el futuro, enfatizando la importancia de las evaluaciones precisas en la planificación de medidas de adaptación y respuesta», concluye José Ángel Aranda.
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