Un juez ha impuesto una medida cautelar de 200 metros de alejamiento e incomunicación a un enfermero acusado de haber besado sin consentimiento previo a una compañera durante la pausa para el café en el marco de unas jornadas informativas celebradas el pasado lunes en Almería; hechos que fueron denunciados por la afectada ante la Policía Nacional.
En concreto, la perjudicada denunció ante las autoridades la presunta comisión de un delito de agresión sexual y otro de acoso laboral tras los hechos y ante supuestas insinuaciones de «índole sexual» anteriores que habrían sido llevadas a cabo por parte del denunciado, conforme a su versión, según han indicado a Europa Press fuentes del caso.
El episodio habría tenido lugar durante la mañana de las jornadas, cuando los asistentes se retiraban en el descanso entre charlas, momento en el que la afectada y el denunciado abandonaban la sala acompañados de otras personas y, este último, comenzó a sonarse la nariz notablemente. La mujer, que conocía al acusado con anterioridad por su profesión, le habría manifestado «de broma» en ese momento que se alejase por si pudiera estar contagiado de covid.
Fue entonces cuando, conforme a la versión de la afectada, el hombre la habría cogido «fuertemente» de la cara y el cuello para acercarle su rostro y besarla «en contra de su voluntad» en la boca; una situación ante la que «no supo reaccionar» y de la que hubo varios testigos. Asimismo, manifestó dolencias en el cuello tras este acercamiento.
El denunciado, que tuvo que acudir a declarar tanto en sede policial como en sede judicial por estos hechos, reconoció que besó a la mujer pero «en la mejilla» dentro del mismo contexto de broma; una cuestión en la que se ratificó después de que uno de los testigos corroborara ante la policía que el beso se produjo supuestamente en los labios.
En su versión, el hombre negó que existieran discrepancias anteriores de ningún tipo con la afectada, toda vez que verificó el comentario hecho por la mujer acerca de que se sonara los mocos y la posibilidad de que tuviera covid. Fue entonces cuando, según su versión, la besó para, acto seguido, decirle que era «alergia».
El hombre reconoció que su actuación, entendida por su parte como «una broma de respuesta», no había hecho gracia a la afectada, por lo que asegura que se disculpó con ella. No obstante, mantuvo que no la forzó. Asimismo, indicó que durante el día se habría hecho una prueba de covid, cuyo resultado habría remitido a un superior jerárquico común. La investigación se mantiene en curso.
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