El Juzgado de lo Penal número 9 de València ha condenado a los tres agresores de una pareja propietaria de una frutería al grito de «moro de mierda, vete de mi país».
La sentencia --facilitada por València Acull, entidad que ha representado a las víctimas, y consultada por Europa Press-- considera probado que el 2 de abril de 2021 estas personas entraron en una frutería del barrio de Benicalap de la capital valenciana regentada por una pareja formada por un ciudadano paquistaní y una ciudadana española.
Allí, comenzaron a tocar el género expuesto para la venta y cuando la dueña del negocio se lo recriminó, los ahora condenados le propinaron una patada en la pierna y un puñetazo en un brazo.
Acto seguido, tiraron al suelo las frutas y verduras colocadas en el exterior, valoradas en más de 650 euros. Cuando la pareja de la mujer intentó que los agresores cesaran en su actitud, también fue golpeado en la cabeza, el cuello y el ojo, a la vez que le gritaban «moro de mierda, vete de mi país».
La sentencia de conformidad condena a cada acusado por un delito de daños y dos delitos leves de lesiones con la agravante de cometerlos «por razón de raza, etnia o nación» (artículo 22.4 Código Penal), lo que implica una pena total a cada uno de ellos de 10 meses de multa con cuota diaria de 5 euros.
Igualmente, les impone una indemnización solidaria a pagar a las víctimas de 984,92 euros por las lesiones sufridas y los desperfectos causados, 189,49 euros por los gastos ocasionados a la sanidad pública y el valor de las costas procesales.
Muestras de arrepentimiento
Las víctimas, que han ejercido la acusación particular representadas por Pilar Serrano, abogada de València Acull, han accedido a llegar a un acuerdo y no solicitar pena de prisión por las muestras de arrepentimiento de los acusados y su compromiso de no volver a actuar del mismo modo.
No obstante, si no se paga la multa, el juez puede imponer un día de privación de libertad por cada dos cuotas diarias no satisfechas, que, tratándose de delitos leves, podrá cumplirse mediante localización permanente (artículo 53.1 Código Penal), recuerda València Acull en un comunicado.
La ONG recuerda que en la denuncia que formuló en su día, la pareja explicó más ampliamente todo lo sucedido y que recibió insultos como «'¡Calla puta, que te folla un moro!, ¡Tú estás con el moro, puta guarra!' o 'Moro de mierda, ella es una puta y tú eres un mierda, vete de mi país!'».
Esta agresión provocó la indignación de vecinos de Benicalap y de otros barrios cercanos, que cuatro días después del ataques se concentraron, junto a entidades sociales y colectivos antirracistas, en la avenida Burjassot, con el lema 'Benicalap lliure de racismo', para manifestar el rechazo a este tipo de hechos y expresar la solidaridad con la pareja de comerciantes.
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