Imagen de los turistas escalando Torre de San Sadurniño. | PontevedraViva

Dos turistas escalaron, en la noche del pasado lunes, la Torre de San Sadurniño en el municipio pontevedrés de Cambados y, cuando llegaron arriba, «se sentaron para ver el atardecer».

La Asociación para a defensa do Patrimonio Cultural Galego (Apatrigal) ha denunciado, en sus redes sociales, este nuevo ataque al patrimonio gallego y ha alertado del 'efecto llamada'.

Así, ha explicado que las ruinas de esta torre, que fue construida durante del s.VIII o IX d.C., «son uno de los mayores tesoros del pueblo».

Este es un espacio abierto al que cualquiera puede acceder y no hay ningún tipo de vigilancia y algunas vecinas de la zona apuntaron, según la Asociación, a que estos hechos «empiezan a ser costumbre, a pesar de que si resbalas caes contra las piedras».

El presidente de Apatrigal, Carlos Henrique Fernández, ha apuntado que esta oleada de actos vandálicos y agresiones al patrimonio «están relacionados con los lugares más turísticos de Galicia».

«Entendemos que cuando existe un vínculo con el entrono no agredes a tu patrimonio porque es donde vives», ha remarcado Fernández. Ante lo que ha señalado que «la mayoría de turistas sí que lo cuidan, pero hay gente que pierde las formas».

"Falta de empatía"

A renglón seguido, ha tachado estos actos de «falta de empatía con lo que es público» y ha considerado que la mayoría de las personas «ignoran el valor histórico y cultural».

El presidente de Apatrigal ha remarcado que cualquier actividad que altere este tipo de construcciones «es agredir» y ha considerado que debería existir una alerta ante estas actitudes para proteger las localidades más turísticas, como por ejemplo «añadir señalización en estas zonas e incrementar la presencia policial disuasoria».

Otros ataques en Santiago

Este no fue el único caso que se dio en Galicia en las últimas semanas. Santiago fue escenario de varios ataques a su patrimonio.

En el caso histórico aparecieron nuevas pintadas con tiza, unos visitantes montaron un picnic en la Praza do Obradoiro, tiendas de campaña en Belvís y un hombre que escaló por las esculturas de la Puerta Santa de la Catedral.