El director del Observatorio y secretario general del CGE, Diego Ayuso, cree que este aumento, sin embargo, «no se ha debido realmente a que las agresiones se hayan incremento de forma tan alarmante, sino a que hay una mayor concienciación de los profesionales a la hora de denunciar y una mayor sensibilidad a la hora de registrar los datos por parte de las comunidades autónomas».
Por comunidades autónomas, Andalucía es la que ha registro un mayor número de estos sucesos, con 728, seguida de Castilla y León (317), País Vasco (315), Baleares (268) y Galicia (188). Por el contrario, las regiones que menos agresiones han notificado son Ceuta (3), Extremadura (1), Melilla (0), Cantabria (8), Canarias (11) y Cataluña (18).
Los datos del observatorio provienen de lo que nos notifican los colegios provinciales de Enfermería, así como de algunas instituciones que a nivel autonómico también los aportan al CGE. Sin embargo, «estos datos no reflejan el total de las agresiones reales», tal y como ha precisado el secretario general del Consejo General de Enfermería y director del Observatorio de Agresiones, Diego Ayuso.
«Sabemos que hay una infranotificación de incidentes violentos en nuestros centros sanitarios, especialmente cuando se refieren a insultos y amenazas, porque no se denuncian. De ahí que desde el Consejo General de Enfermería siempre insistamos en la necesidad de denunciar estos hechos, pues una agresión, ya sea física o verbal, que no se denuncia, es un hecho que no se conoce y, por tanto, no existe», ha añadido al respecto.
El presidente del CGE, Florentino Pérez Raya, ha lamentado que los enfermeros en España «se enfrentan cada día a hacer su trabajo con una presión asistencial brutal debido al déficit crónico de profesionales». «De hecho, hacen falta casi cien mil enfermeras para equipararnos a nuestros vecinos europeos. Las enfermeras no somos responsables de los males del sistema, de las demoras en la atención, de la falta de recursos, de no poder atender sus expectativas. De hecho, en muchas ocasiones somos quienes también sufrimos todos esos problemas de nuestro sistema sanitario», ha añadido.
Ante esta situación, desde el CGE piden la colaboración de todos: de los políticos para que pongan soluciones a los problemas de la profesión; de los ciudadanos, «comprensión y solidaridad, que censuren los comportamientos delictivos y violentos, que alerten cuando puede darse una situación de violencia, que intervengan si es preciso y que testifiquen si son requeridos»; y, de las enfermeras, que «no deben dejar pasar la más mínima vejación».
Así, animan a denunciar «cualquier agresión a las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado, ante su hospital y ante los Colegios Profesionales». Además, también ha recordado que tienen a su disposición el Observatorio de Agresiones del CGE.
Para prevenir situaciones violentas en la práctica asistencial diaria y para afrontar la agresión en caso de que se produzca, el CGE presentó en febrero un plan integral, realizado en colaboración con Policía Nacional, en que se incluye un curso formativo gratuito, impartido por el Instituto Superior de Formación Sanitaria (ISFOS), de 20 horas de duración, en colaboración con el equipo de interlocutor policial sanitario.
Con este curso ya han formado a casi 3.000 colegiados españoles para saber cómo detectar una situación violencia, cómo reducir la tensión en el trato con el paciente o sus familias con comunicación, con empatía, qué medidas adoptar si se sospecha que puede darse un incidente violento o cómo pedir ayuda ante una situación conflictiva. La próxima edición de este curso está prevista para el mes de octubre. La matrícula se podrá realizar en la página web de ISFOS.
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