Hacía unos pocos minutos que habían iniciado los exámenes para la obtención del carnet de conducir, cuando los funcionarios de la DGT que supervisaban que se celebrasen correctamente observaron cómo algunos alumnos se comportaban de forma extraña.
Dada su experiencia y considerando que estaban intentando realizar trampas en los exámenes, los funcionarios avisaron a los agentes de Guardia Civil de Tráfico, quienes una vez en el lugar comprobaron con asombro como varios alumnos portaban ocultos entre sus ropas sofisticados dispositivos audiovisuales que les permitían comunicarse con el exterior, de tal forma que se les facilitaban las respuestas correctas.
Cuatro de los cinco eran ciudadanos no comunitarios, entre los que destacaba una de las jóvenes sorprendida copiando en el examen, la cual era de nacionalidad china y no hablaba ni sabía escribir en castellano.
Tras una discreta vigilancia, los guardias civiles consiguieron localizar desde dónde se les facilitaban las respuestas correctas y consiguieron interceptar en un monovolumen a una persona de nacionalidad pakistaní que manejaba a la vez cinco terminales telefónicos mediante los que se comunicaba con sus 'alumnos', pasándoles la información que éstos debían responder en el examen.
Las seis personas se enfrentan a diferentes responsabilidades administrativas y desde la DGT se recuerda que copiar en los exámenes del permiso de conducir se castiga con multas económicas de 500 euros y la imposibilidad de examinarse en España durante un plazo de seis meses e, incluso, pueden acarrear condenas penales en algunos supuestos.
Una vez más la colaboración entre la DGT y la Agrupación de Tráfico de la Guardia Civil ha impedido que cinco personas sin ningún tipo de conocimientos sobre las normas de tráfico pudiesen obtener el permiso de conducción, con el consiguiente riesgo para la seguridad vial.
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