Según informa la policía catalana, los robos tuvieron lugar en sólo cinco días del mes de enero de este año en el distrito de Sants (Barcelona). En el primero de los hechos, en la tarde del día de fin de año, un hombre irrumpió en el local pistola en mano y se llevó cerca de 500 euros de la caja registradora mientras afuera le esperaba una segunda persona para huir en un coche. Los siguientes robos, el 3 y el 5 de enero, no salieron como los asaltantes tenían previsto. En esta ocasión los empleados no quisieron abrir la caja registradora a pesar que el hombre exhibía un arma de fuego y se resistieron al robo.
En el caso del 3 de enero del hombre había entrado en el supermercado acompañado de una mujer, con el objetivo de distraer al empleado. Al ver que no cedía la pareja de asaltantes trató de huir del local, y el trabajador los siguió hasta que se originó una pelea. Finalmente el atracador, que contó con la ayuda de un tercer hombre, golpeó el trabajador con la culata de la pistola y lo dejó aturdido.
Sólo dos días más tarde en otro local de la Zona Franca se repitió una situación similar. El trabajador del establecimiento también se resistió activamente al asalto, lo que originó nuevamente una pelea. El atracador golpeó repetidamente el empleado con la culata de la pistola hasta provocarle una brecha en la cabeza. Como en el robo anterior, el hombre actuó acompañado de la mujer en su tarea de distracción y en esta ocasión tampoco pudieron acceder a la caja registradora y no pudieron llevarse nada.
Las gestiones de investigación condujeron a los agentes a identificar a los autores de los hechos y establecer cómo operaban: el rol de ejecutor lo desarrollaba el hombre, que exhibía el arma para intimidar a los trabajadores y que así le abrieran la caja registradora. En cuanto a la mujer su papel consistía en distraer a los empleados o facilitar la fuga del atracador, ya fuera esperando en una zona cercana con un coche o interviniendo si las cosas se complicaban, como ocurrió en dos de los robos.
A medida que las pesquisas avanzaban los agentes también pudieron determinar que los dos investigados mantenían una relación personal: el hombre pernoctaba algunos días en el domicilio de la investigada de Vilanova y la Geltrú, y en otros lo hacía en alguno de los coches que ambos poseían.
Dado que los investigadores tenían constatada la identidad de los atracadores y habían podido establecer cómo habían llevado a cabo los asaltos el 13 de febrero los arrestaron. En el caso del hombre en la empresa donde trabajaba en Barcelona, y con respecto a la mujer, cuando salía de su domicilio de Vilanova y la Geltrú con uno de los coches que tenían. En el asiento trasero encontraron una chaqueta usada del hombre que llevaba rotulada la marca de la empresa donde trabajaba.
En la entrada y registro que se hizo en el domicilio de Vilanova y la Geltrú los Mossos encontraron la sudadera que llevaba el detenido en el tercer atraco. Los investigados tenían una decena de antecedentes policiales por diversos delitos como el tráfico de drogas o delitos contra el patrimonio. Finalmente, los arrestados pasaron a disposición judicial el 15 de febrero y el juez decretó su ingreso en prisión.
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