Miles de personas vuelven a tomar las calles de Madrid. | Europa Press

Miles de personas, en su mayoría mujeres, se han movilizado este viernes 22 de junio para protestar contra la libertad provisional bajo fianza de 6.000 euros para los cinco miembros de La Manada condenados a nueve años de prisión por un delito de abuso sexual. «No valiente, quiero ser libre», han coreado, entre otros cánticos, mientras recorrían calles céntricas de la capital hasta llegar frente al Congreso de los Diputados.

Una marea morada ha acudido alrededor de las 19.00 horas ante la sede del departamento que dirige Dolores Delgado. Allí han protestado al grito de «no es abuso, es violación» y «tranquila, hermana, aquí está tu Manada», lemas habituales también en las movilizaciones que tuvieron lugar contra la sentencia que absolvía a los jóvenes de un delito de agresión sexual.

Los asistentes son «miles», según el Movimiento Feminista de Madrid, la organización convocante, desde la que han subrayado que se han tenido que cerrar los accesos del metro más cercano, la estación de Noviciado, por la cantidad de gente que había en la calle.

«Que no, que no, que no tenemos miedo» y «Aquí estamos las feministas», han gritado, portando banderas, carteles y pancartas de rechazo a la decisión de los magistrados, que no aprecian riesgo de fuga de los condenados ni aprecian tampoco riesgo de reiteración delictiva en los condenados que este viernes han sido excarcelados.

«Ella en casa y ellos de parranda», han proclamado los participantes, que han permanecido concentrados hasta las 20.00 horas pese a los más 30 grados que marcaban los termómetros de la capital.

Durante la concentración, las altas temperaturas han provocado golpes de calor entre los asistentes, e incluso algunos de ellos han tenido que ser atendidos por el Samur al llegar a desmayarse. Pero desde el servicio de atención de emergencias han asegurado a Europa Press que han sido un par de casos «sin complicaciones». «Solo necesitaban tomar un poco el aire», ha afirmado un portavoz.

RUMBO AL CONGRESO

Alrededor de las 20.00 horas, la movilización ha echado a andar desde el Ministerio ubicado en la calle San Bernardo hacia Gran Vía. Poco antes de llegar a la calle Alcalá, la marcha ha hecho una sentada mientras los asistentes continuaban con los cánticos de rechazó a La Manada. «No es un caso aislado, se llama patriarcado», han gritado.

Poco después la marcha ha seguido avanzando de manera improvisada dirección plaza de Cibeles, y, mientras, varios viandantes se han ido uniendo a la manifestación. La Policía ha tenido que ir cortando el tráfico a la vez que la movilización avanzaba por las calles, que, entre aplausos, ha logrado acceder a la plaza.

Tras ello, los asistentes han puesto rumbo al Congreso de los Diputados, y, frente a la puerta de los leones, se han sentado mientras continuaban con los cánticos. «Si van a salir, que los suelten aquí», han proclamado.

Carlota Alvarez, del Movimiento Feminista de Madrid, ha declarado a Europa Press que el auto publicado este viernes es «un ataque más a las mujeres por parte de la justicia patriarcal». «La responsabilidad de que nos violen cae sobre nosotras otra vez», ha subrayado, apuntando que la libertad de los condenados «pone en la cárcel a la víctima, que no puede moverse de Madrid».

«Madrid será la tumba del machismo» y «sola, borracha quiero llegar a casa», han coreado en reiteradas veces, al tiempo que han alzado la voz para denunciar su «vergüenza».

Entre la mayoría de mujeres estaban José, Dani y Alejandro, tres universitarios que se han desplazado ante el Ministerio para expresar su malestar por la decisión judicial. «Nos parece bastante mal», han afirmado, defendiendo las movilizaciones sociales para hacerse escuchar.

Antonio también ha secundado la movilización de este viernes, al igual que ha expresado su apoyo al movimiento feminista en ocasiones anteriores. A su juicio, la sentencia es una «vergüenza» y la puesta en libertad de La Manada «condena a la victima a permanecer en Madrid».

«MUCHA LUCHA POR DELANTE»

Davinia, que ha asistido con su hija de 13 años, ha apuntado que las nuevas generaciones de mujeres tienen «mucha lucha por delante». «El futuro es nuestro, pero tenemos que pelearlo», ha remarcado.

Alrededor de las 21.30, los asistentes han comenzado a levantarse tras permanecer sentados frente al Congreso durante unos 20 minutos, aunque todavía se escuchaban algunos cánticos de manera minoritaria.