Así se señala en el fallo con fecha 30 de junio de 2017, en el que el magistrado explica que «los hechos han sido puntuales y con provocación por el menor».
Según el relato de hechos probados, cuando el niño tenía 11 años, en el domicilio de la mujer en A Coruña «como quiera que el menor hacía caso omiso a sus indicaciones de que colaborase poniendo el desayuno, pues permanecía escuchando música, y debido a que no solo no obedeció sino que llegó a arrojar el teléfono, a fin de que depusiese su actitud rebelde y violenta, le dio un bofetón muy fuerte la altura del pómulo izquierdo».
En los hechos probados, el juez añade que con posterioridad a una nueva discusión entre madre e hijo, cuando el menor pretendía irse de casa, la mujer «intentó evitar que el pequeño saliese, para lo cual le agarró por la parte posterior del cuello, causándole un arañazo».
El juez Vázquez Taín destaca en su sentencia que «sorprende la calculada frialdad del menor» y añade que «trata de dirigir la declaración y controlar todo el testimonio». «Da pena comprobar su total falta de empatía», apuntó el magistrado en el fallo.
El menor reconoce que la madre le ordenó poner el desayuno y él se niega y admite que «mantuvo su actitud pues estaba escuchando música en su teléfono nuevo de alta gama». «Y aunque niegue haber arrojado el teléfono, sus dudas al contestar indican que de algún modo lo tiró. Puede que simplemente lo lanzase al suelo, ni siquiera a su madre», concreta el juez.
«Está claro que la actuación del menor es totalmente equivocada», subraya el juez en el fallo, en el que añade que «por suerte su familia es acomodada y puede permitirse el tirar el dinero de un teléfono de alta gama, cuyo precio, es igual a los ingresos mensuales con los que se ven obligados a vivir más del 50% de la población española».
«Su comportamiento no solo muestra desprecio hacia la autoridad materna, sino también hacia el esfuerzo y trabajo que supone ganar un salario con el que adquirir bienes. Y además incurre en el acto de violencia que supone arrojar el teléfono», puntualiza el juez.
Por ello, sostiene en la sentencia que se trata de «una clara exhibición por parte del menor de una actitud de síndrome de emperador, que únicamente busca humillar y despreciar a su madre».
«De no mediar una inmediata corrección, el menor trasladará dicho comportamiento a terceros y comenzará a comportarse igual con compañeros, vecinos, etc.», sostiene el magistrado, que considera que «acudir a una corrección física moderada está justificado». «Y así se hizo», concluye.
«La acusada no abofeteó a su hijo para causarle una lesión, su intención era clara y trataba de poner fin a la actitud violenta del menor, que es el que primero acude a un acto físico de fuerza, y a su comportamiento totalmente despectivo hacia ella, negándose a algo tan lógico como poner el desayuno», sentencia el juez, que absuelve a la procesada de las acusaciones.
28 comentarios
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Se te ve el color xD, solo los de podemos orinan en la calle y son maleducados y consentidos xDD
esta es la españa del pasotismo y de la mala educación. no se ha entendido para NADA eso de la DEMOCRACIA. mucha gente cree que democracia es hacer lo que le sale a uno de los coj. nada más.... podemos ver a los de podemos y a unos de sus seguidores orinar en medio de la cibeles. carmena mirando hacia otro lado. estamos llenos de maleducados y populistas....es eso lo que necesita el país?....así nos va todo. una juventud sin valores y sin educación....
Bien que hizo la madre, faltaria mas que no pudiera darle un bofeton cuando se portan mal.. sino basta con salir a la calle ahora que dejan hacer a los niños lo que les da la gana.. bien por este juez
¡vaya hijo! o lo ponen en cintura ahora o les va a dar una adolescencia muy muy complicada
Pegar está mal, pero peor es permitir que un hijo pegue a una madre
El niño será lo que sea... pero no se pega a nadie (luego nos escandalizamos si ellos también pegan). ¿Y cuándo crezcan y peguen a sus parejas? Seguro que también encontrarán una justificación: que si era caprichosa, que si era una niñata consentida... Stop violencia desde la infancia, no se pega.
Pegar está mal, lo haga quien lo haga.
No es que eche de menos las palizas con las que nos educaban hace ya unas cuantas décadas, pero pienso que un par de bofetadas de vez en cuando, pueden enderezar a un torcido. A parte de esto, me pregunto si realmente un niño d 11 años, necesita un teléfono móvil tan sofisticado.
Bravo! a ver si empiezan a permitir más bofetones a sus hijos. La juventud de hoy en día necesita mano dura, está lleno de maleducados, consentidos y otras muchas cosas. La pérdida de autoridad que han tenido los padres delante de sus hijos por culpa de la protección que reciben estos últimos está creando a monstruos
Yo de pequeño al único que temía era a mi padre, sabia que si preparaba algún lio me daba unas cuantas hostias, pero que nadie me pusiera la mano encima fuera de mis padres. Un 10 para este juez un 0 para la madre por comprarle un móvil al hijo que no se puede permitir pagar.