Esperanza Aguirre ha declarado como testigo durante casi tres horas en esta vista un día después de la detención de Ignacio González, el que fuera su mano derecha y al que designó como sucesor al frente de la Comunidad de Madrid en 2012, en otra operación contra la corrupción política, en este caso en la gestión del Canal de Isabel II de Madrid.
La actual portavoz del PP en el Ayuntamiento de Madrid ha asegurado que el acusado Alberto López Viejo, que fue consejero de Deportes y viceconsejero de Presidencia, le mintió y le ocultó que siempre se contrataba a empresas relacionadas con el grupo de Correa para los actos a los que ella acudía cuando presidía la Comunidad de Madrid, cargo que ostentó entre 2003 y 2012.
Ha recordado que cuando la revista Interviú publicó que personas afines al PP tenían concesiones en diferentes administraciones y mencionó a una empresa -que luego supo que era de Correa- llamó a Alberto López Viejo porque era la persona que citaba la publicación, y que éste le dijo que se contrató a esa compañía antes pero que ya se estaba recurriendo a otras.
«Pero López Viejo me mintió y no me dijo que eran empresas del mismo dueño. Yo me había quedado tranquila porque la revista no hablaba de ilegalidades ni de irregularidades y por eso no di ninguna instrucción. En esa época no podía concebir que estas cosas que estamos analizando ocurrieran», ha subrayado.
Ha comentado que luego supo que López Viejo -que se encargaba de organizar los actos a los que acudía como presidenta de la Comunidad- amenazaba con que ella no acudiría si no se adjudicaban a determinadas empresas.
«No sabía quién era Correa ni mucho menos si tenía empresas. Jamás hablé con él ni le conocía», ha recalcado.
Ha precisado que ella hacía una criba de los actos que le proponían las consejerías y que decidía por razones políticas y de oportunidad pero que no se encargaba de cuestiones logísticas ni de los trámites de contratación.
Ha indicado que ella gestionaba un presupuesto de 20.000 millones de euros por lo que no podía ocuparse de los algo más de seis millones por 686 facturas de dichos actos por las que le ha preguntado la fiscal pero ha recordado que no recibió ninguna advertencia de Intervención.
Por otra parte ha relatado que, tal como explica en su libro sobre este asunto, a finales de 2004 le citaron en la sede central del PP donde tuvo una reunión con el actual presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, y el entonces tesorero del partido, Álvaro Lapuerta, que le dijo que no compartía unos concursos de ventas de parcelas públicas en las localidades madrileñas de Majadahonda y Arganda.
Ha añadido que el entonces alcalde de Majadahonda, el acusado Guillermo Ortega, y dos concejales, los también procesados Juan José Moreno y José Luis Peñas, pretendían llevar a cabo el concurso con un precio fijo que permitía la ley pero al que se oponían otros doce ediles del PP porque era a un precio muy inferior al mercado.
Aguirre ha señalado que se reunió con Guillermo Ortega para hacerle ver que así no iba a sacar adelante el asunto y por eso éste presentó su dimisión y finalmente ya con el actual alcalde salió el concurso con un precio ponderado y una diferencia a favor del ayuntamiento de 60 millones de euros.
Ha relatado que su intervención provocó que Moreno y Peñas fueran al grupo mixto, que crearan otro partido y que llevaran al entonces juez Baltasar Garzón a Correa tras chantajearle con conversaciones que le grabaron cuando este último se cansó de pagarles facturas de abogados que presentaban demandas y querellas al nuevo alcalde.
«Por eso digo que destapé el caso Gürtel», ha mantenido Esperanza Aguirre.
El juicio se ha celebrado con una gran expectación de medios de comunicación, tanto dentro como ante la sede de la Audiencia Nacional en San Fernando de Henares (Madrid), a donde se ha trasladado el «tramabús» de Podemos, del que se han bajado el cofundador del partido Juan Carlos Monedero y otras personas, que han sido recibidos por un grupo de manifestantes, entre ellos preferentistas.
A su salida de la sede judicial Esperanza Aguirre se ha emocionado y ha estado a punto de romper a llorar ante los periodistas al referirse a la detención de Ignacio González.
«Si es culpable, para mí, que he puesto mi confianza en él durante tantos años, es un palo verdaderamente muy, muy relevante; y si no lo es, yo también estoy conmocionada porque el calvario que está pasando y el que le queda por pasar, porque la justicia en España es muy lenta, también lo sería», ha dicho Aguirre.
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